Por: RedacciĆ³n Pares

Foto tomada de: Cambio Colombia
Cuando todos aplaudĆan a Mancuso, se rendĆan a sus pies, Gustavo Petro permanecĆa con los brazos cruzados y la mirada gacha. Era julio del 2004 y el hoy presidente pertenecĆa en ese momento a la bancada del Polo DemocrĆ”tica. Uribe era el que mandaba y habĆa metido al paĆs en el rocambolesco proceso de paz con las AUC. Dos de las congresistas que fueron escogidos gracias a la presiĆ³n de los paramilitares en los territorios que controlaban, RocĆo Arias del Bajo Cauca y Eleonora Pineda, de Tierralta, CĆ³rdoba, fueron el puente para convencer a Mancuso, Ernesto BĆ”ez y RamĆ³n Isaza, entraran al Congreso y fueran aplaudido a rabiar por la mayorĆa de senadores. En el sector de prensa IvĆ”n Cepeda, a los gritos, protestaba por la infamia. El congreso le rendĆa homenajes a los jefes del grupo que asesinĆ³ a su padre -con complicidad del Estado- diez aƱos atrĆ”s. Con los paras allĆ, en el salĆ³n elĆptico, se comprobaba que habĆa acabado la guerra y los ganadores eran los malos. Una vez terminaron de hablar los comandantes, Petro, como uno de los lĆderes de la oposiciĆ³n, tenĆa la rĆ©plica. Mancuso, displicente, imperial, se fue del recinto. Petro se comiĆ³ el sapo del desplante y tomĆ³ la palabra, denunciando lo que una investigaciĆ³n de la CorporaciĆ³n Arco Iris catalogarĆa con el nombre con el que pasarĆa a la historia: La ParapolĆtica.
Diecinueve aƱos despuĆ©s, el miĆ©rcoles 16 de agosto del 2023, Mancuso estaba en una cĆ”rcel en Georgia, Estados Unidos. A este paĆs llegĆ³ en el 2008. Su extradiciĆ³n a EEUU fue considerada una traiciĆ³n por parte de Uribe al proceso de paz con los paras. Las vĆctimas afirmaban que Mancuso tenĆa verdadera intenciĆ³n de ayudar. Con mapa en mano identificaba, incluso, los lugares en donde habĆa enterrado a centenares de desaparecidos de las AUC. TenĆa voluntad, pero estaba hablando demasiado y Uribe decidiĆ³ callarlo entregĆ”ndoselo a la justicia gringa. Mancuso ya era otra persona, no tenĆa la mirada altiva, el traje Armani, los sueƱos de poder. Ahora sĆ³lo quiere salvar el pellejo.
A Petro ya no lo mira por encima del hombro. Es mĆ”s, en la videollamada que realizĆ³ desde Georgia aceptĆ³, casi que con humildad, la propuesta que le hacĆa el presidente de ser Gestor de Paz. āQuiero decirle al paĆs y al Presidente que yo honro mi palabra y acepto la designaciĆ³n que me hace para trabajar de la mano de la OACP (Oficina del Alto Comisionado de Paz) en la bĆŗsqueda de la paz total en la que creo (...) Lo hago para ayudar a buscar esa paz total que necesita Colombiaā. AplaudiĆ³ la decisiĆ³n de hacer una paz que incluya a todos los grupos armados, incluso dio especificaciones de en quĆ© consistirĆa su trabajo, siempre al lado de la vĆctimas de desapariciĆ³n en Colombia y en otros paĆses vecinos en donde habrĆan fosas comunes de cuerpos sin identificar.
Mancuso ya habĆa cumplido con su condena en Estados Unidos en el 2020 -estĆ” bajo custodia del servicio de inmigraciĆ³n de EEUU-. Desde ese aƱo su primera estrategia jurĆdica, a cargo de su abogado, Jaime Paeres, fue apelar a su nacionalidad italiana e irse a vivir a Calabria, morir en la tierra de sus ancestros. Pero cambiĆ³ de parecer y decidiĆ³ que para redimir sus culpas lo mejor era regresar al paĆs y dar la cara. Y contar la verdad, algo que debiĆ³ haber hecho hace 16 aƱos.
Inmediatamente se anunciĆ³ que Mancuso regresarĆa al paĆs como Gestor de Paz el uribismo en pleno gritĆ³ aterrado. Ellos, los que alguna vez le abrieron las puertas del Congreso a los paras, ahora se rasgan las vestiduras y consideran que darle la palabra a Mancuso es permitir que āun asesinoā āun despojadorā hunda con sus āmentirasā a colombianos de bien.
Inevitablemente Mancuso darĆ” su versiĆ³n de los hechos. Es probable que testifique en el juicio que se le sigue al expresidente Ćlvaro Uribe por manipulaciĆ³n de testigos, que siga diciendo sus versiones, como la que dijo en el 2023 donde afirmĆ³ que desde el DAS, cuando estaba de director de ese organismo Jorge Noguera, puesto allĆ por orden de Ćlvaro Uribe, habĆa un plan para callar a balazos al entonces senador Gustavo Petro.
Para Isaac Morales, coordinador de la lĆnea de Convivencia y Seguridad Ciudadana, las declaraciones de Mancuso podrĆan hundir a poderosos de la Costa como āEl ex gobernador LĆ³pez Cabrales, la familia Manzur, los Jattin, los que participaron en el pacto de Ralito, y la relaciĆ³n que tenĆa Ć©l con ellos. Y claramente, por lo que se supo con las audiencias con la JEP, la menciĆ³n que se hizo a Uribe y la relaciĆ³n con su gobierno y lo que sabĆa del paramilitarismo en su gobierno. AdemĆ”s de nombres del mando militar. Y, principalmente, las verdades que deberĆa aportar tendrĆan que estar relacionadas con reparar a sus vĆctimas, asĆ como aportĆ³ su verdad sobre hechos tan escabrosos como los hornos crematoriosā.
En un vuelo charter, acompaƱado de un centenar de deportados, Salvatore Mancuso aterrizarĆ” en Colombia a las 3 de la tarde. En el aeropuerto serĆ” recibido por agentes de la PolicĆa Nacional y funcionarios de MigraciĆ³n Colombia quienes lo trasladarĆ”n a los calabozos de la DIJIN. Mancuso deberĆa responder por mĆŗltiples crĆmenes cometidos en el paĆs, desapariciones, narcotrĆ”fico, masacre, pero esto podrĆa atenuarse abrazĆ”ndose a la JEP en donde Colombia espera que, en su papel de Gestor de Paz, no sĆ³lo sea un puente con grupos armados que quieran adherirse a la Paz Total sino que cuente su verdad.
El lugar de reclusiĆ³n de Mancuso serĆ” la cĆ”rcel La Picota en donde estarĆ” estrictamente vigilado y tambiĆ©n protegido. Hay fuerzas oscuras que no quieren que el excomandante paramilitar hable.