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¿Quién mató a Lourdes Maldonado, la periodista que le suplicó por su vida a López Obrador?

Por: Redacción Pares


Foto tomada de: BBC


El 26 de marzo del 2019 la periodista Lourdes Maldonado llegó a Ciudad de México. Su intención era hablar con el presidente, Andrés Manuel López Obrador. Ante cientos de cámara de televisión le dijo, con la voz firme y también honda:

-Temo por mi vida


Lourdes se había enfrascado, a sus 68 años, en una pelea con alguien poderoso. Se trataba de Jaime Bonilla, en ese entonces era el senador ficha del partido del presidente, MORENA, para ser gobernador de Baja California. Además, era el dueño de la televisora para la que ella trabajaba. Maldonado dejó claro, ante millones de mexicanos, que hacía responsable de lo que le pasara al empresario. “Con él poco se puede hacer” dijo la periodista ante un presidente que parecía muy serio, muy adusto y que inmediatamente designó su caso a uno de sus asesores más cercanos, Jesús Ramírez, para que la protegiera. La periodista fue clara a la hora de referirse a Bonilla y el vínculo que lo unía con AMLO: "Lo hago porque se trata de su senador con licencia, de su súper coordinador de delegaciones y su candidato, su próximo candidato a la gubernatura de Baja California, el licenciado Jaime Bonilla, por eso estoy aquí, pidiendo su apoyo". Lourdes Maldonado regresó tranquila a Tiuana. Pero no tenía por qué estarlo.


Al cabo de unas semanas las amenazas regresaron. Lourdes tenía una amplia trayectoria en la televisión mexicana. Empezó a comienzos de los noventa de la mano de uno de los más conocidos -y también resistidos- periodistas de ese país, Jacobo Zabludovsky. En el 2012 había entrado a trabajar para Primer Sistema de Noticias, propiedad de Bonilla. Pero desde el 2013 arrancó un pleito laboral contra él. Maldonado la describen sus compañeros como aguerrida, frentera, incómoda y directa. Alguien que no hacía concesiones.


De las amenazas telefónicas se pasó a los hechos físicos. Un balazo rompió el vidrio trasero de su auto. Inmediatamente pidió acogerse al Mecanismo Estatal de Protección a Periodistas, que, además, tenía que contar con la aprobación del gobernador de Baja California que ya era Jaime Bonilla, la persona con la que sostenía la querella judicial. Lo que le dieron para protegerse fue ridículo: un botón de pánico, recorridos policiales en la noche rodeando su casa, y el acompañamiento, ocasional, de una patrulla. Para ella no habían camionetas blindadas ni esquemas. La promesa que le hizo López Obrador en el 2019 quedaba cada vez más difusa.


 


 

Y poco a poco sentía que se cerraba el cerco contra ella. En el 2021, según Reporteros sin fronteras, asesinaron en México a siete periodistas lo que lo convertía en “el país más mortífero del mundo” para hacer este trabajo. Y el 2022 comenzó fatal.  El 10 de enero del 2022 asesinaron a puñaladas en Veracruz a José Luis Gamboa Arenas, director del medio digital Inforegio, donde daba difusión a problemas de inseguridad y política. Tomarse el trabajo con la seriedad y honestidad que se necesitan en un país como México fue su único delito. En Baja California, en Tiuana, muy cerca de su casa, en la calle 5 de mayo de la colonia Camino Verde, mataron a tiros a Margarito Martínez. Un fotógrafo que trabajaba para el Semanario Zeta y otros medios de alcance internacional como la BBC. Cubría la crónica roja o como dicen en México, las noticias policiales.


Lourdes quedó impresionada y lo interpretó como una señal inequívoca de que su vida corría peligro. Y entonces ocurrió lo peor. El domingo 24 de enero, a las 6 y 20 de la tarde, dos sicarios que se bajaron de un taxi dispararon contra ella mientras estaba adentro de su auto, en la Colonia Santa Fé, muy cerca de su casa, justo en el lugar donde ella había dicho, se sentía más vulnerable. Quedaba claro que los sistemas de protección no servían para nada.


Dos años después, aparte de la captura de los presuntos autores materiales, no se sabe nada sobre el móvil y que nivel de culpabilidad podría tener Jaime Bonilla, quien sin dificultades judiciales terminó su periodo de gobernador. La impunidad es la nueva afrenta que sobrelleva la memoria de Lourdes Maldonado. Con regularidad, en Tijuana, cada tanto, salen mantas con la leyenda “Jaime Bonilla, asesino de Lourdes Maldonado” pero la justicia y López Obrador siguen inmutables, como si no supieran de qué estuvieran hablando.

 

 

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