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¿Qué importa si Petro se casó con una rubia de estrato 6?

Por: Ghina Castrillón Torres. Politóloga feminista



La senadora María Fernanda Cabal de nuevo se ha manifestado en contra del presidente Gustavo Petro, esta vez utilizando la figura de la primera dama, Verónica Alcocer, para intentar desacreditarlo. Demostrando la falta de altura en los argumentos de la oposición que representa, y profundizando sus formas violentas que siempre han estado cargadas de prejuicios racistas, clasistas y sexistas.

 

En la publicación Cabal dice que Petro está "casado con una rubia de ojos azules, estrato 6", como si esto fuera un argumento contundente en contra de la intervención del presidente en la asamblea de la Colombia Humana, donde dijo que “¿No le gritan a Petro los ricos del país fuera Petro?, ¿no están reproduciendo el mismo mensaje que lanzaron cuando mataron a 5.000 militantes de la Unión Patriótica?, son los asesinos los mismos que gritan ‘fuera Petro’”.

 

El uso de la apariencia y el estatus socioeconómico de la primera dama contra Petro revela la superficialidad de una oposición que, en lugar de presentar argumentos sólidos, recurre a formas ridículas. Esta estrategia no es nueva ni sorprendente; forma parte de una tendencia en la que se busca deslegitimar a Petro no por sus políticas, sino por aspectos personales que poco o nada tienen que ver con su capacidad de liderazgo.

 

Además, el comentario de Cabal es profundamente violento hacia Verónica, ya que la reduce a un accesorio de lujo, cosificándola por su apariencia y desconociéndola como una mujer con agencia propia, casi que insinuando que su papel es adornar la vida del presidente. Al señalar que Petro está casado con una mujer rubia de ojos azules, Cabal rebaja el debate político, sugiriendo que hay una contradicción entre la identidad política de Petro y el origen de su esposa. Este argumento es tan débil como preocupante dado que desde muchos sectores sociales luchamos insistentemente para lograr que se superen las barreras del racismo y el clasismo.

 

Señalar los privilegios económicos y sociales de la familia presidencial demuestra la incapacidad de la oposición para plantear una crítica con argumentos serios. La riqueza y el estatus social de Petro, o de cualquier otro político, no son en sí mismos indicadores que demuestren hipocresía, y profundizan esa lógica elitista absurda de creer que los liderazgos de izquierda deben andar mal arreglados y juntarse con los de su misma clase, idea que tiene sus raíces en un sistema de castas anacrónico y violento. Es absurdo pensar que una persona de izquierda no puede usar ciertas marcas, comprarse una casa en ciertas zonas o casarse con personas de diferentes clases sociales sin perder coherencia ideológica.

 

Evidentemente la oposición a Petro se ha consolidado más como una fuerza mediática que realmente inteligente. Su estrategia se centra en generar polémicas superficiales, lo cual puede ser eficaz para mantenerse en los titulares, pero no enriquece el debate público ni fortalece la democracia. Desvían la atención de lo realmente importante a partir de interpretaciones erróneas, noticias falsas y otras formas de manipulación.

 

Ante este panorama, es fundamental que el gobierno de Petro y sus defensores eviten responder de la misma forma a las bajezas de la oposición. Enfrentar a una oposición manipuladora exige una estrategia sustentada en la transparencia. Es necesario consolidar respuestas inteligentes y fundamentadas, que mantengan el enfoque en las políticas de cambio.

 

Y claro que nos vendrían bien más "rubias estrato 6" del lado de la justicia social.

 

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