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Salvatore Mancuso y la Paz Total

Por: Katerin Erazo, Periodista

Foto: La razón - globovisión

El presidente Gustavo Petro anunció este domingo 23 de julio a través de su cuenta de Twitter que Salvatore Mancuso, exjefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), será nombrado gestor de paz en su Gobierno. La decisión ha generado un amplio debate en el país, avivando las llamas de la controversia política y desatando interrogantes sobre el futuro judicial de Mancuso, quien actualmente se encuentra detenido en Estados Unidos.



El mandatario expresó que el objetivo de esta designación es "lograr la completa paz" y cerrar definitivamente el proceso con los paramilitares, argumentando que aún no se ha alcanzado toda la verdad sobre los crímenes cometidos por estos grupos. Recordemos que la figura de gestores de paz ha sido implementada por el gobierno Petro para permitir la participación de personas, en criterio del Estado, que puedan contribuir en procesos de diálogo, esclarecimiento de la verdad y dinámicas de humanización del conflicto armado, en el marco de la política de Paz Total.


Según Laura Bonilla, gerente de proyección para América Latina de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), la figura de gestor de paz ha sido utilizada en varias ocasiones. Un ejemplo que mencionó fue el caso de Francisco Galán, exmiembro del ELN quien, desde la cárcel, realizaba gestiones para favorecer el proceso de paz, generando condiciones propicias para un posible diálogo con este grupo. Siguiendo esta lógica, en teoría, Mancuso también podría contribuir a impulsar el proceso o proyecto de la Paz Total. Sin embargo, Bonilla advirtió que esto entra en el terreno de la especulación.


Mancuso, quien lideró las AUC, un grupo paramilitar responsable de numerosos crímenes durante el conflicto armado en Colombia, ha sido objeto de acusaciones por violaciones a los derechos humanos, masacres y desplazamientos forzados, entre otros delitos. La noticia llega en un momento crucial para la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el organismo encargado de juzgar los crímenes cometidos durante el conflicto armado en Colombia y de promover la reconciliación y al que Salvatore Mancuso espera acceder. La JEP ha sido el epicentro de intensos debates y controversias, ya que algunos sectores consideran que otorga impunidad a los responsables de crímenes, mientras que otros ven en ella una oportunidad para lograr la paz y la verdad.


Desde un centro de detención en Georgia, Estados Unidos, Salvatore Mancuso envió una carta en la que se refirió a la designación que le hizo el presidente Petro. En el escrito, Mancuso manifestó su compromiso con la verdad y su disposición a seguir compareciendo ante la justicia tanto en Colombia como en el extranjero. Aseguró que su lucha por el esclarecimiento de los hechos y la reparación a las víctimas es "indeclinable" y que continuará participando en el sistema de justicia transicional.


La decisión del Gobierno de nombrar a Mancuso como gestor de paz ha avivado el debate político en Colombia. Una de las personas que se pronunció a este hecho es el expresidente Álvaro Uribe quien reaccionó de manera tajante ante el anuncio presidencial. A través de Twitter, Uribe afirmó que durante su gobierno se desmovilizaron aproximadamente 35 mil paramilitares y 18 mil guerrilleros, y desafió a Mancuso a presentar pruebas de sus acusaciones en su contra. Además, Uribe señaló que lo preocupante no es el nombramiento como gestor de paz, sino que se mienta y haya discriminación en el proceso. También, exigió igual trato para otros como Rodrigo Tovar Pupo, “Jorge 40”, quien actualmente cumple una condena de 19 años de cárcel.


Por su parte, el expresidente Iván Duque también se sumó a las reacciones ante la iniciativa de Petro. En su cuenta de Twitter, Duque aseguró que durante su gobierno se desmovilizó y extraditó a miembros del paramilitarismo y afirmó que los hechos son más contundentes que las infamias y la difamación. Además de las acusaciones y polémicas políticas, la revelación de Mancuso sobre la presunta desaparición y asesinato de al menos 200 personas en la frontera entre Colombia y Venezuela ha llevado al Gobierno a tomar medidas inmediatas. El canciller Álvaro Leyva anunció en un comunicado que se puso en contacto con su homólogo venezolano, Yván Gil Pinto, para activar los mecanismos que permitan localizar los restos mortales de colombianos desaparecidos en territorio venezolano.


Laura Bonilla mencionó que el nombramiento de Salvatore Mancuso como gestor de paz por parte del presidente Petro es un gesto altamente simbólico. Aunque no habría mayores problemas si ejerce como gestor de paz o realiza alguna contribución al proceso de paz en general, se resalta que su presencia no tendría un impacto significativo en la construcción de paz en Colombia o en la búsqueda de la Paz Total. Esto se debe a que, en la actualidad, Mancuso carece de conexiones con los grupos armados activos y sus líderes actuales. Incluso si las tuviera, eso podría jugar en su contra y obstaculizar su función como gestor de paz.


La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) se encuentra en un momento crucial, esperando que Mancuso aporte pruebas que respalden sus declaraciones para determinar si puede acceder a los beneficios de la justicia transicional en Colombia. El exjefe paramilitar enfrenta una gran cantidad de hechos delictivos imputados en la justicia colombiana, lo que hace necesario un minucioso proceso judicial para establecer su responsabilidad y el alcance de los beneficios que podría obtener.


Finalmente, Laura Bonilla explicó que, en su percepción, el presidente Petro pretende enviar un mensaje claro, y es que está abierto a negociar la paz con cualquier grupo, incluso aquellos que representen la parte más oscura de la guerra en Colombia. Salvatore Mancuso emerge como un representante relevante de un período crucial en la desmovilización, aunque cabe mencionar que hay otros actores igualmente vinculados a esa época.


En este contexto, Mancuso podría ser de ayuda para que el país comprenda los errores y vacíos presentes en el proceso de desmovilización y negociación con las AUC, con el objetivo de evitar que algunos errores se repitan en el presente caso de búsqueda de la Paz Total.

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