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San Vicente del Caguán

Por: Luis Eduardo Celis


La semana pasada, por enésima vez, vimos la tragedia que se repite y se repite, la furia desatada, la rabia desbocada, la sangre derramada, las vidas malogradas.


Lo vivido en San Vicente del Caguán es historia vieja, repetida y ya conocida. Un libreto sabido y amargo: llegan jugadores al territorio, se generan expectativas, se dividen las comunidades, se ofrece o se “michicatea”, se acuerda y no se cumple, o se cumple a medias, y empieza la acción, pero es una acción con furia. Y el desenlace se lleva vidas y genera heridas y desconfianzas que pueden ser enormes y trágicas, como las que se viven en muchos territorios.


Este gobierno liderado por un presidente como Gustavo Petro, con pasión y mandato por el cambio, y una vicepresidenta que viene de la Colombia postergada y excluida de respeto y derechos, puede hacer la diferencia y darle otro rumbo a los territorios donde se viven mil conflictos por tramitar y un orden de democracia por construir con las comunidades y los actores con intereses y presencia en ellos.


Ordenar democráticamente los territorios es una prioridad ligada a la política de Paz Total. Es garantizar permanencia digna y con ejercicio de derechos. Es tener la capacidad para dialogar y concertar entre diferentes, entre comunidades, empresas y lograr propósitos y proyectos compartidos. Ordenar democráticamente los territorios implica contar con políticas legítimas y construidas por el mundo social, los gremios empresariales, la academia, los partidos políticos y los gobiernos regionales y el gobierno nacional.


Esta diversidad de conflictos territoriales requiere acción concertada para gestionarlos, capacidades locales, capacidad para no llegar a la furia y las heridas. La negociación con los armados en el marco de la política de Paz Total es una gran posibilidad para avanzar en esta enorme tarea.


 

*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.

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