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Se cierran las heridas entre Shottas y Espartanos: tregua en Buenaventura se extiende hasta mayo

Por: Redacción Pares


Fotos tomadas de: Colombia Pural y Infobae


El 2 de octubre del 2022 Shottas y Espartanos, las dos bandas que controlan la extorsión, el microtráfico y la delincuencia en el puerto de Buenaventura, sellaron su intento de tregua dándose la mano en un partido de fútbol. Desde que La Local, la temible banda que azotó al Puerto se dispersó en el 2020, Shottas y Espartanos, cabezas de la hidra, fueron tomando fuerza de manera independiente. En los dos últimos años en los que Iván Duque fue presidente, se encarnizaron en una guerra que modificó incluso los horarios de ir a estudiar de los muchachos. Tenían que pensar muy bien hasta en qué ropa se podían poner. Como si hicieran parte de equipos plenamente definidos, un color mal escogido en una calle equivocada podría provocar la muerte.


Uno de los barrios que más ha vivido el horror es Miramar en plena comuna 5. El estrés de una bala, de un atraco, de la muerte en la calle lo cambió todo. No se necesitaba pertenecer a una de las dos bandas sino estar, vivir, vestir. Y ellos no tienen nada de qué avergonzarse, los palafitos donde viven fueron construidos por sus propias manos. En estas casas los Espartanos, quienes querían quedarse con todo el negocio, se empezó a torturar gente. ¿Recuerdan que en los noticieros del país se empezó a hablar de Casas de Pique? Miramar las tenía. Miramar era un territorio de los Espartanos, quienes convertían en un objetivo de muerte a todo aquel sospechoso de ayudar a los odiados Shottas. La traición de Fidel y Julito, bastiones de los Espartanos, quienes decidieron dar el bandazo y pasarse a la pandilla rival, abrió heridas en una guerra demencial.  El único camino para curarse era sentarse a dialogar. No era fácil. Las buenas intenciones no bastan. Una tierra arrasada por capos como Diego Optra, Mapaya, y el mismo olvido de un país, no daba espacio para la esperanza.


Al gobierno Petro y algunas autoridades de la zona como el obispo de Buenaventura Rubén Darío Jaramillo -quien, ahogado por la guerra en el puerto sugirió en el 2019 hacer llover agua bendita sobre esa ciudad- hicieron que ese 2 de octubre del 2022 la pasión del fútbol y algunas promesas de ayudas sociales y económicas para atajar el desastre, podrían dar algún espacio a la esperanza. Buenaventura, que en el año 2021 alcanzó los 61 homicidios por cada 100 mil habitantes, duró 37 días sin un muerto. Pero el proceso vivió una crisis.


En abril del 2023 la oficina de la Fundación Paz y Reconciliación en el Pacífico alertó sobre este problema. La desaparición, tortura y asesinato de alias Súper, quien formaba parte de los voceros de los Shottas para sentarse a hablar con el gobierno, recrudeció la violencia.

En un reporte de la oficina Pares se afirmaba: “Los habitantes de las comunas 7, 10 y 12 han reportado balaceras tanto en la noche como a plena luz del día. En medio de esta zozobra, se han completado ya cinco días y se han reportado un par de homicidios. Además, se han conocido videos compartidos en redes sociales de sujetos patrullando las calles con armas de fuego de alto alcance, como fusiles y subametralladoras.”


Pero en agosto del 2023 se volvió a la tregua. Gracias a esto se ha descendido en un 70% los hechos de violencia en el puerto. La buena noticia es que la tregua entre las dos bandas se extendió hasta el 5 de mayo.  Alejandro Ocampo, Representante a la Cámara y jefe de la delegación nacional en la mesa de diálogo “Las estructuras Shottas y Espartanos han demostrado su voluntad de paz, su capacidad y compromiso para reducir esas violencias. Muestra de ello son las cifras oficiales”.


Los tres ejes temáticos de la conversación serán: Protección de la vida, las condiciones del tránsito al Estado social de derecho a los miembros de las estructuras, la superación de las causas de la violencia y las garantías de no repetición. Eventos como el torneo de Microfútbol “Fútbol en paz”, del que participan 113 equipos, ayudan a que las heridas en el puerto por fin se cierren. Darse la mano en una cancha de fútbol puede ser el camino a una paz total.

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