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“Se debe definir un plan a seguir para la negociación”: León Valencia sobre negociación con EMC

Por: Katerin Erazo, Periodista


El Estado Mayor Central (EMC) de las FARC anunció públicamente este 16 de abril su disposición en establecer una mesa de diálogo con el Gobierno a partir del 16 del mayo. “Anunciamos al mundo entero que nuestros delegados están listos para que la mesa esté puesta el 16 de mayo”, dijo la vocera de esta organización, Ángela Izquierdo, desde los Llanos del Yarí (Caquetá), donde se reunió la disidencia en presencia de su líder, Iván Mordisco, a quien el Gobierno del expresidente Iván Duque declaró muerto el año pasado. Mordisco apareció con un fusil subiéndose a un vehículo, que lo transportó al lugar donde se reuniría con miles de personas, no sólo de la disidencia, sino también de comunidades campesinas invitadas al diálogo de paz.


Aunque el comisionado de paz Danilo Rueda no participó de este anuncio organizado por las disidencias este fin de semana, fue él quien logró concretar estos diálogos. Luego de ocho meses de conversaciones exploratorias con Iván Mordisco, Petro anunció hace un mes que el proceso estaba en marcha.


Esta mesa de negociación funcionará en forma paralela a la del ELN que está a semanas de retomar la mesa de diálogo en un tercer ciclo de conversación con el gobierno de Petro. El anuncio del Estado Mayor Central de las FARC dejó varias incógnitas. León Valencia, director de la Fundación Paz & Reconciliación (Pares), habla sobre algunas de ellas:


¿Cuál es su análisis sobre el anuncio hecho por el Estado Mayor Central de las FARC?


Al parecer se ha llegado a un acuerdo con el Gobierno para iniciar las negociaciones el 16 de mayo. Me parece que el Estado Mayor Central está muy bien preparado para esta negociación. Sin embargo, tengo la impresión de que están tratando de emular la negociación que el gobierno de Santos tuvo con las FARC, tratando de hacer una copia de ella, pero con más protagonismo. Al mismo tiempo, veo que el Gobierno está un poco atrasado, ya que aún no han nombrado un negociador para ese grupo ni han conformado un equipo.


El Estado Mayor Central está adoptando una actitud más decidida y publicitaria, demostrando su control social en las zonas y su influencia en las comunidades. Han organizado reuniones y están promocionando su grupo de manera ostentosa, lo cual no es bueno. A veces la opinión pública no ve esto con buenos ojos, ya que todavía no se ha negociado nada, no hay ni siquiera un cese real y ya están haciendo una ostentación política y militar que es complicada.


¿Qué otra razón habría por la que el Gobierno no se ha pronunciado al respecto sobre esto?


Es que están un poco, digamos, metidos en una negociación múltiple, el ELN, grupos del Clan del Golfo, Segunda Marquetalia y otros grupos criminales. La conformación de equipos y el establecimiento de una ruta clara de negociación para cada uno de estos grupos marcha muy lentamente. No está claro qué se hará con cada uno de ellos: qué se hará con los unos, qué se hará con las disidencias, qué se hará con las organizaciones mafiosas. Lo que está más claro es la situación con el ELN, pero ya han surgido algunos problemas. La realidad está avanzando más rápido que las propias decisiones del Gobierno y la parte publicitaria de las negociaciones está cobrando fuerza, pero no la parte organizativa.


Teniendo en cuenta las negociaciones que se están llevando a cabo con el ELN, ¿qué dificultades pueden surgir al tener agendas paralelas con el EMC?


Algunas personas recomiendan enfatizar en una sola negociación y priorizar al ELN como punto de partida para alcanzar la Paz Total. Sin embargo, el Gobierno no está de acuerdo con esta idea y pretende negociar con todos los grupos de manera simultánea. Si ese es el caso, el Gobierno debe construir un plan bien organizado para poder llevar a cabo estas negociaciones. Asimismo, debe formar equipos y nombrar un comisionado que tenga una labor más de coordinación que de protagonismo y que haya un negociador del Gobierno encargado de cada aspecto. La labor del comisionado debe ser la de aportar orientación general y llevar a cabo la coordinación de todas las negociaciones para evitar que se vuelva un enredo.


Este es un Gobierno de un país muy grande, con 50 millones de habitantes, una burocracia enorme y una historia muy larga de negociaciones de paz. Desde principios de los años 80 ha tenido 25 experiencias de negociación con grupos guerrilleros, algunos de los cuales ha negociado varias veces, como las FARC y el ELN.


En los años 90, el Estado negoció con ocho grupos guerrilleros y logró su desmovilización. Por tanto, la experiencia del Estado Colombiano en negociaciones es enorme y hay mucha gente que sabe de negociaciones en Colombia. Si bien se podrían organizar simultáneamente todas estas negociaciones, se necesitaría construir una capacidad de conducción y un aparato organizativo. Además, se tendría que buscar apoyo internacional.


El presidente Santos le prestó mucha atención al plan cuando llegó a negociar, tenía un equipo negociador y asesores internacionales y había establecido una ruta de negociación clara. Es lo mismo que le toca hacer a Petro. Frente a la paz parcial que Uribe logró con las autodefensas y la que Santos alcanzó, Petro proclama una Paz Total con cuatro pilares complejos: un acuerdo nacional para que el proceso de paz no tenga oposición, negociar con todos los grupos, reformas estructurales del país como parte del proceso de Paz Total y la participación activa de la sociedad. A partir de estos cuatro pilares, se debe construir una plataforma para llevar a cabo la negociación, tanto organizativa como un plan para negociar con cada uno de los grupos.


¿Qué piensa sobre la propuesta del EMC de una tregua con el ELN para poner fin al conflicto?


Lo primero que hay que hacer es establecer una tregua entre los grupos y el Estado, que consta de dos componentes: un cese al fuego y un cese a las hostilidades. Si se logra un cese al fuego y a las hostilidades entre el ELN y el Estado, junto con uno similar entre los demás grupos y el Estado, se establece un cese entre ellos. Esto significa que el ELN no podrá expandirse, ni utilizar el cese al fuego para reclutar más gente o actuar contra otros grupos. Esto crea una situación en la que se puede formalizar un cese al fuego multilateral, con un nombre específico. Sin embargo, lo primero que se debe hacer es establecer un cese al fuego y a las hostilidades entre los grupos y el Estado, y luego se puede avanzar hacia un cese al fuego multilateral.


¿Qué opina de que el EMC haya convocado a 6.000 campesinos para que asistieran a su anuncio en Los Llanos del Yarí?


No hay reglas de juego claras, por lo que los grupos armados están sacando provecho político de los anuncios del gobierno sin comprometerse con nada concreto. El protagonismo político de estos grupos está ganando fuerza y terreno, lo cual plantea una situación compleja. Por un lado, el gobierno de Duque permitió la expansión militar de estos grupos, mientras que el gobierno de Petro está permitiendo su protagonismo político sin todavía tener ningún compromiso de ese grupo, lo cual también es malo.


¿Si el Gobierno le preguntara qué hacer con el Estado Mayor Central, qué recomendaría usted?


Yo sugeriría que se proponga retomar el Acuerdo de Paz que se hizo con las FARC y examinar qué fue lo que llevó al EMC a salirse del acuerdo. Deberíamos analizar esos puntos y partir de lo que se negoció con las FARC. De hecho, el jefe de la negociación de la disidencia de “Iván Mordisco” era “Gentil Duarte”, quien estuvo en la mesa de La Habana y se retiró cuando se empezó a discutir el desarme. Ellos están en desacuerdo con el modelo de desarme que se acordó en La Habana, que consistía en una sola ceremonia y dejar las armas en una fecha generalizada. Según mi entendimiento, ellos prefieren un modelo gradual de negociación similar al que se utilizó en El Salvador. Sin embargo, las FARC estaban obligadas a entregar las armas de una sola vez para poder participar en las elecciones de 2018. Si se retoma la negociación con el EMC, se debería enfocar en los puntos específicos que no les gustaron del acuerdo anterior, sin retomar todo porque llevaría mucho tiempo.


¿Cuál sería la metodología de estas negociaciones con el EMC y qué piensa de que este grupo haya propuesto a Noruega para llevar a cabo la mesa de diálogo?


Yo veo que ellos (EMC) quieren hacer una especie de camino espejo del que realizaron las FARC y el Gobierno, lo cual sería muy negativo porque sería un proceso muy complicado de negociación, yo creo que el Gobierno debe tomar decisiones rápidas y llegar a un acuerdo rápido con ese grupo y no dejar que ese grupo tenga la iniciativa en la negociación y sea el vocero de esa negociación. El Gobierno está un poco dormido.


¿Si se abriera un proceso con la Segunda Marquetalia, qué podría pasar?, ¿se abriría una nueva mesa con ellos o hasta podría tramitarse todo en la misma que se abrirá con el EMC?


En mi opinión, el proceso con la Segunda Marquetalia está muy atado a la resolución del caso de Santrich, que fue una de las causas de que este grupo regresara a la guerra. Este es un tema crítico que se debe aclarar y por lo cual hay una actitud de una comisión internacional. Petro, a pesar de los obstáculos, sigue trabajando diariamente para aclarar este hecho. La Segunda Marquetalia ya había firmado el acuerdo de paz, siendo el jefe negociador del acuerdo de paz Iván Márquez. Sin embargo, él se retiró porque consideraba que se incumplían los términos, especialmente en lo que respecta al caso de Santrich. Por lo tanto, es comprensible la insistencia del gobierno en aclarar este tema, ya que es la principal causa de la disidencia de Iván Márquez.


Es poco probable que estos dos grupos se sienten juntos en la misma mesa, ya que el enfrentamiento entre ellos ha sido muy duro. De hecho, sería más fácil sentar a “Márquez” y al ELN que a la Segunda Marquetalia y al Estado Mayor Central, ya que los miembros de “Iván Mordisco” acusan a los otros de ser arrodillados y traidores.


Teniendo en cuenta todo su análisis, con el anuncio que hizo el EMC y las negociaciones con el ELN, ¿cuál es su perspectiva de la Paz Total?


La Paz Total es una consigna ambiciosa que ha sido promovida por un presidente que es un vendedor de sueños e ilusiones. Si bien la idea de reducir todas las formas de violencia en Colombia es loable y los cuatro pilares de la estrategia parecen estar bien pensados, el problema radica en el cómo se llevará a cabo el plan. En este sentido, la estrategia contrasta con el enfoque del gobierno de Santos, quien se enfocó no solo en el qué sino también en el cómo y el plan.


Finalmente, ¿qué recomendaciones le hace usted al Gobierno de Petro?


En cuanto a las recomendaciones que haría al Gobierno de Petro, en primer lugar sugeriría que se defina claramente un plan y un camino a seguir para alcanzar la negociación. En segundo lugar, es importante establecer protocolos claros y formar un equipo de negociación con un responsable principal para llevar a cabo la mesa de diálogo. Finalmente, considero que es urgente instalar dicha negociación de manera inmediata y no permitir que el protagonismo político del grupo interfiera sin que se establezcan reglas claras para ello.

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