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¿Se descongelará la mesa de negociación con el ELN?

Por: Paola Marín

Investigadora línea de paz territorial y DDHH





El próximo 3 de agosto se terminará Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal –CFBNT por 180 días, que fue pactado entre el Gobierno Nacional y el ELN. En medio de un ambiente de zozobra provocado por el congelamiento de los diálogos, son varias las posturas de los equipos de negociación de ambas partes y parecen aún ser difusos los escenarios de reactivación de la mesa tras la terminación del cese.


Según la última declaración del Comando Central (COCE) del ELN, publicada el pasado 26 de julio, la supuesta infiltración de agentes de la Fuerza Pública en Nariño junto al Frente Comuneros del Sur no es el único hecho que ha tensado la negociación; varios factores han agudizado la crisis. Entre ellos, mencionan la protección de fuerzas militares a través de despliegues y acantonamiento en favor de grupos "paramilitares" como el EGC (Clan del Golfo) en regiones como el Bajo Cauca, el nordeste de Antioquia, el Sur de Bolívar y Arauca, que se suman a los antecedentes de posible connivencia en el departamento de Chocó. En el departamento de Arauca, han alertado sobre sobre la supuesta colaboración de la Octava División del Ejército Nacional con la disidencia liderada por alias “Pescado”, comandante del Frente Décimo del EMC, quien recientemente ha declarado a líderes sociales de la región como objetivos militares.

 

Además, el ELN argumenta que el Gobierno Nacional no ha cumplido con el acuerdo de excluirlos de la clasificación de Grupo Armado Organizado (GAO), y que la decisión de retomar acciones como el secuestro es consecuencia del estancamiento en las negociaciones, que se desataron tras la controversia sobre el objetivo y la razón de ser del Fondo Multidonante, el cual es un mecanismo compuesto por el Gobierno, las Naciones Unidas y Cooperación Internacional, que fue creado con el objetivo de financiar únicamente actividades y proyectos que aporten a la construcción de paz territorial; y que hoy se encuentra congelado.




Por otro lado, organizaciones de la sociedad civil, incluyendo el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (MOVICE), la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), el Obispado de Colombia, Redepaz, la Conferencia Episcopal, entre otras, han instado a descongelar la mesa de negociación y renovar el Cese al Fuego. La delegación del Gobierno Nacional, a través de un comunicado, subrayó la importancia de respaldar el llamado de la sociedad civil, reafirmando su disposición para avanzar en la negociación. Horas más tarde, el Comisionado de Paz, Otty Patiño, expresó su optimismo sobre el futuro de la mesa, señalando que será la delegación del ELN la que decidirá si “emprenderá el camino de la paz o no”.




 En este contexto, se vislumbran varios posibles escenarios en torno a la renovación del cese al fuego. El primer escenario contempla la incapacidad de las partes para encontrar soluciones contundentes a los elementos de crisis que mantienen congelada la mesa de negociación. Es crucial que ni la delegación del Gobierno Nacional ni el ELN sigan haciendo peticiones de forma unilateral. En cambio, es necesario responder al llamado que se ha realizado desde el inicio de los ciclos de negociación, a crear estrategias que faciliten una comunicación fluida y armónica. Retomar acuerdos que han tenido un impacto positivo en el país es urgente, por lo cual es necesario asumir nuevamente el compromiso de suspender las retenciones con fines económicos, descongelar el proceso con el Fondo Multidonante, y continuar promoviendo escenarios de participación territorial, que se han convertido en un hito para la inclusión de la sociedad civil en este proceso de negociación.


Si estos elementos no se abordan, podríamos enfrentarnos a un escenario en el que los esfuerzos de seis ciclos de negociación no conduzcan a ningún progreso, y se reanude un ciclo inconcluso de violencia. Recordar hechos como el trágico atentado a la Escuela de Cadetes en la ciudad de Bogotá, en enero del 2019, (Gobierno de Iván Duque), nos hace un llamado a no desestimar la capacidad de impacto del ELN, sobre todo cuando su presencia a aumentado en 68 municipios, más que en el 2023.



Elaborado por: Línea Paz, Posconflicto y Derechos Humanos, Fundación Paz & Reconciliación (Pares), 2024. Fuente: Sistema de Información de la Fundación Paz y Reconciliación (SIPARES) e Infovisible. En informe ¿Plomo es lo que viene? 2024.


Ahora, el escenario más favorable está vinculado con la decisión que puedan tomar los delegados de la mesa de negociación respecto a la renovación del Cese al Fuego. Según el informe "¿Plomo es lo que viene?", aunque es complejo determinar si la violencia perpetrada por el ELN ha aumentado o no, los indicadores muestran una disminución en el número de ataques a la fuerza pública, aunque han aumentado los enfrentamientos con otros actores armados, como el EGC (Clan del Golfo). Por ello, las comunidades de los territorios más afectados, como Chocó, Norte de Santander, Antioquia y Nariño, se han unido al clamor por continuar con el cese al fuego, ya que serían las más impactadas por una posible escalada del conflicto.


Finalmente, hacemos un llamado urgente a descongelar la Mesa de Negociación y reanudar el Cese al Fuego. Pues es este lugar, en el cual se puede dar solución a las tensiones que han generado esta crisis. Hoy, cuando hay una sociedad civil que llama a negociación y abona esfuerzos organizativos a través del Comité Nacional de Participación, es fundamental pactar compromisos y acciones concretas para buscar soluciones a los problemas que históricamente aquejan el país.

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