Por: Redacción Pares
fotos tomadas de: W Radio y Semana
En la Toma, Cauca, nacer era estar condenado al olvido. También a la muerte lenta. La muerte por envenenamiento. “En territorios como el mío, la gente no tiene agua potable, tiene que esperar a que llueva para tomar agua o tiene que ir hasta el río” Le dijo Francia Márquez en el 2018 a la BBC. Las mineras desviaban el agua, se apropiaban de ella, ninguneaban a una población que está asentada en este territorio desde 1619. Y también la envenenaban. El mercurio flotaba y arrasaba con la vida de estos ríos. La misma fiebre del oro con la que llegaron los españoles hace más de quinientos años, encendía los ánimos de los blancos que lo querían todo.
Francia aprendió de sus mayoras a defender a su pueblo. A los 15 años su voz aparece por primera vez en un medio de comunicación. Estaba en pie de lucha, junto a ancianos y niños para evitar que una represa les quitara el río Ovejas. Y lo logró. Francia fue el típico caso de David contra. Se enfrentó no sólo a los temibles grupos armados que sacaban el oro de su territorio de manera ilegal sino que, también, fue el palo en la rueda contra las grandes empresas mineras. La minería tan sólo fue suspendida en su territorio, no cancelada.
Se ganó incluso la peligrosa estigmatización del entonces presidente Álvaro Uribe cuando, en el 2009, se refirió a su comunidad en estos términos: "perturbadora de mala fe". Pasaron de ser en la Toma dueño y protectores de un territorio ancestral a criminales. Desde ese momento ha sido perseguida, calumniada, ridiculizada. Francia es el mejor ejemplo de que en este país no todos somos iguales. Francia es una nadie. Es la hija de una partera, estudió en el SENA, la puerta de la vida sólo se le abrió un poquito y por esa rendija se metió. El costo fue alto. El costo fue andar con un esquema de escoltas porque la querían matar. Las negras no hablan.
La fiebre que produjo mundialmente la figura de Francia Márquez la ascendió al primer nivel de la política colombiana. Francia encarnaba un viejo sueño, el de salvar la brecha entre ricos y pobres que siempre ha caracterizado a este país. Por eso, una de sus iniciativas, desde que se vinculó a la campaña del Pacto Histórico y aceptó ser vicepresidente, fue crear el Ministerio de la Igualdad. Este sueño se ha roto en mil pedazos.
Francia se aguantó todo el palo que dieron por usar un helicóptero para protegerse de los mismos enemigos que ahora la consideran tres veces más peligrosa por su cargo, se aguantó racismo soterrado de una sociedad que la vio siempre con desconfianza. Jamás se pareció a los políticos que alguna vez votaron por orden de las élites. Su gran proyecto era el ministerio de la igualdad. Un ministerio que ayudara a que una niña nacida en un lugar como la Toma tuviera las mismas posibilidades que una niña de Rosales en Bogotá.
La vicepresidente ha tenido una semana durísima. El martes 7 de mayo fue llamada a declarar ante la Comisión Legal para la Equidad de la Mujer del Congreso para dar cuentas de cómo iban los avances del Ministerio de la Igualdad debido a que su ejecución presupuestal apenas estaba en un 1%. La explicación de Francia, por supuesto, le trajo problemas: “Si hoy no estamos ejecutando no es porque no podamos, sino porque hemos creado una institución desde cero. Esta no es una tarea fácil. En 100 años aquí no se había creado un Ministerio como el que estamos creando nosotros. Hacían 100 años, desde el siglo pasado, y nosotros llegamos aquí con esta tarea”.
A Francia no le dieron tiempo para ir constituyendo su ministerio, ir creando los trámites de la creación de su cartera. El golpe más duro estaría por venir. La Corte Constitucional tumbó, por vicios de trámite, la creación del Ministerio de Igualdad y equidad. El Ministerio seguirá vigente hasta el 20 de junio de 2026, término en el cual se deberá tramitar ante el Congreso una ley que subsane o corrija los vicios de trámite detectados por el alto tribunal.
Para Alejandro Alvarado, coordinador de la línea de Democracia de la Fundación Paz y Reconciliación esto, más que una jugada política contra la presidenta, deja en evidencia la escasa capacidad técnica que han tenido los equipos de trabajo de este gobierno “Es que acá se cayeron los decretos de emergencia para ayudar a la Guajira por cuenta de errores de arquitectura jurídica, pero también decae el legado de Francia Márquez, porque una vez terminado su mandato se acaba el ministerio. Todo el esfuerzo económico de crear una planta de personal, de ordenar administrativamente se perderá, también pierde la población objetivo que iba a ayudar este ministerio. Es una muestra más de la falta que hace tener funcionarios que tengan estas experiencias de gobierno para que en el futuro no se vuelvan a cometer este tipo de errores”.
El legado de Francia queda en entre dicho. Tendrá que buscarse una forma para ayudar a los que ella ha defendido a lo largo de su vida, los Nadie.
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