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Señalan al Ejército de crimen contra defensor en Corinto

Por: Sergio Saavedra. Redacción Pares


“No hay ejecuciones extrajudiciales, ni un regreso de ellas” son las palabras y la postura que ha demostrado el ministro de Defensa, Guillermo Botero, a pesar de todos los escándalos que han sucedido durante su periodo como jefe de esta cartera en el Gobierno Duque. Ninguna circunstancia ha sido suficiente para que renuncie Botero: ni los los prontuarios salpicados por las ejecuciones extrajudiciales que tiene la cúpula de FFMM, ni la ejecución extrajudicial de Dimar Torres (Catatumbo), ni el del joven Rafael Caro (Santander), ni el reciente asesinato de Flower Jair Trompeta Paví en Corinto (Cauca).


Lo querían hacer pasar como disidente


Nuevamente, como en el caso de Dimar, la comunidad fue la que permitió que se conociera ante la opinión pública el asesinato de Trompeta Paví. Precisamente, los habitantes de la de verda de Laguna fueron los que denunciaron que alrededor de las 10:30 am de este lunes se escucharon disparos y, acto seguido, sobrevuelo de helicópteros en los aires del municipio caucano. Además, la denuncia de la comunidad resaltó que los uniformados del Ejército habrían torturado a Trompeta Paví metiéndole una mano en una máquina despulpadora.


Trompeta Paví era defensor de derechos humanos e integrante de la Asociación de Trabajadores Pro-contrucción Conas de Reserva Campesina de Caloto (Astrazonacal). La comunidad, a su vez, señaló que el Ejército pretendió hacer pasar al líder campesino como un miembro de la disidencia de las FARC muerto en combate. De esta forma, el macabro capítulo del asesinato de Trompeta Paví, otra vez, configura una disputa de versiones entre el Ejército y las denuncias de la comunidad.


Por su parte, el Ejército a través de un comunicado emitido este martes señaló: “En el momento de la diligencia, las unidades militares y policiales fueron objeto de una asonada por parte de la comunidad, que alteró el lugar de los hechos, sustrajo el cuerpo, y logró retener el material explosivo y el lanzagranadas artesanal, pero no el fusil. La investigación está en manos de la Fiscalía, que tiene a disposición mediante el SPOA correspondiente, el material de guerra incautado a la persona muerta, además del material fílmico y fotográfico realizado por el personal militar”.


Davir Hurtado —también defensor de Derechos Humanos— se refirió al asesinato de Trompeta Paví en los medios de comunicación. Por un lado, Hurtado puntualizó que »Lo que conocemos es que este joven campesino fue retenido por tropas del ejército y minutos después fue encontrado por la comunidad que evitó que fuera presentado como un muerto en combates”. Asimismo, agregó que »Uno ve que esta persona no tenía uniformes ni armas en el momento del homicidio y nunca hubo confrontación como lo quiere presentar el Ejército»


Por ahora, tres funcionarios de la Fiscalía fueron designados para iniciar la investigación de estos hechos, así lo confirmó el Ejército en un comunicado de prensa en el que además dieron más detalles de su versión de lo ocurrido en la zona. La entidad castrense aseguró que hacia las 9:40 de la mañana, tropas del batallón ocho de alta montaña entraron en combate con un Grupo Armado Organizado conocido como Dagoberto Ramos. El resultado de ese enfrentamiento fue la muerte de Flower Jair Trompeta.


¿Un crimen como el de Dimar?


Tal como lo reveló Revista Semana, el asesinato de Dimar Torres fue planeado y coordinado desde un chat de Whatsapp. Los involucrados en el chat que planeó la muerte de Torres, hace un poco más de nueve (9) meses, son el cabo segundo Daniel Eduardo Gómez Robledo, el coronel Jorge Armando Amézquita y John Javier Blanco. En el chat, los uniformes del Ejército se expresaron de la siguiente manera: “No aguanta que se vaya de engorde a la cárcel” o “Sí mi coronel, ya lo maté”.


Tal como lo anunció Pares, las comunidades de Campo Alegre y del Catatumbo en general aún esperan la investigación, esclarecimiento y posterior judicialización por lo acontecido, ya que esto representa un acto de ruptura de la frágil confianza existente de la población civil hacia la Fuerza Pública quienes deben velar por la protección de las y los colombianos.


Asimismo, los pobladores siguen exiguiendo que se cumpla lo suscrito en el Acuerdo de Paz en aras de garantizar “el derecho fundamental de cada individuo y de la sociedad a no sufrir la repetición de la tragedia del conflicto armado interno”.


Impunidad insufrible


De igual forma, Pares informó sobre el asesinato de Rafael Caro, el pasado 6 de agosto. Era un joven de 16 años asesinado a manos de uniformados en la base militar de La Lizama (Santander). Tras el asesinato del menor, la versión entregada por Martínez Espinel está presentado contradicciones. Mientras la versión oficial dice que “cuando una persona vulnera la seguridad de una base militar, pues alguien se siente herido, se siente indefenso y acciona su arma. Por fortuna para nosotros es un arma que se acciona al piso”, los vídeos que se conocen del asesinato en la base militar de La Lizama dicen otra cosa.


Al parecer, la ráfaga de seis (6) disparos, la frase “¡Ay mi cabo! pégueselo cabo, pégueselo” fueron elementos que el general del Ejército de Colombia, Nicacio Martínez Espinel, no advirtió cuando decidió señalar que se trató de una esquirla accidental la que acabó con la vida del menor de edad, Rafael Caro de 16 años.


Las dudas no se han hecho esperar, debido a que Martínez Espinel salió ante la opinión Pública con la “versión oficial”. En micrófonos de prensa calificó la razón de la muerte, de manera categórica, como producto de un rebote. El general agregó: “esa bala, impacta desafortunadamente a este joven, quien resulta herido y que desafortunadamente, posteriormente, fallece”.


Ante la cadena de asesinatos en donde han estado implicados de forma directa miembros del Ejército, y a quienes el ministro de defensa ha salido a exculpar, en las redes sociales se siente la indignación por el asesinato de Flower Trompeta. El fotógrafo y periodista Jesús Abad Colorado expresó: «No hay palabras, es grito. La orden de matar a Dimar Torres la dio un coronel. Dónde está el respeto a la vida? Cuántas órdenes más hay así en el país @IvanDuque y @mindefensa? Sigan blanqueando murales y hablando bonito en el exterior. La memoria no es pasado! «

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