Por: Laura Cano. Periodista Pares.
Ya se cumple la tercera semana de aislamiento preventivo obligatorio en el país después de conocerse el primer contagio el 05 de marzo. A hoy, según datos del Ministerio de Salud, se registran 1.579 casos, 46 muertes y 88 recuperados. Estas cifras y el tiempo que se cumple en cuarenta han llevado a varias conclusiones tanto de carácter sanitario como social, político y económico.
Por un lado, la pandemia ha resaltado que en Colombia nos aquejan problemas que no son portada en los medios todos los días, pero que están tan vigentes y agitados que hoy con el virus nos piden que volteemos la mirada con urgencia.
Por un lado, una crisis carcelaria que con los años ha dejado un hacinamiento que ronda un 53% y que tras el asesinato a 23 privados de la libertad y una constante exigencia para que se implementen medidas concretas para el tratamiento del Covid-19, las respuestas y acciones institucionales solo han generado más dudas que certezas.
A esto se le agrega la ausencia de un plan de contingencia que atienda las situaciones con la población migrante, con los trabajadores informales, las trabajadoras sexuales, los habitantes de calle, los desempleados y en general, los sectores que se ven más vulnerables con la pandemia.
Sin dejar de lado, las poblaciones de los territorios más afectados por la presencia de grupos armados ilegales, donde hoy el confinamiento se da tanto por el virus, como por la violencia que se recrudece y que amenaza los liderazgos y a quienes le han apostado a la paz. A esto se le suma la prioridad a lo económico, en lo que han caído algunos empresarios y dirigentes políticos.
Por otra parte, está la actual situación del sistema de salud que desde muchos sectores se ha alertado de la necesidad de contrarrestar el número de contagios, pues con escenarios como los de España, Italia, Estados Unidos o, el más cercano, el de Ecuador, Colombia no tendría la capacidad estructural de dar atender la emergencia.
Pruebas vs número de contagios
Sin embargo, dadas las medidas de contingencia se ha hablado de una disminución del crecimiento de afectados por el virus. Según lo informado por la Revista Semana el 04 de abril: Si no se hubiera hecho la cuarentena y la tasa se hubiese mantenido, el número de infectados al cierre de esta edición sería del orden de 22.211 personas. Con el encierro de la población, la tasa de crecimiento de infectados bajó del 47 al 13 por ciento diario. Eso explica que el viernes pasado el total de infectados en el país llegó a ser de 1.267 y no los más de 22.000 que hubieran podido ser. Es decir, 17 veces menos de lo que hubiera sido sin cuarentena.
Según el Instituto Nacional de Salud (INS) al 02 de abril se habían realizado alrededor 20.000 pruebas para diagnosticar Covid-19, es decir, cerca de 400 pruebas por cada millón de habitantes. Agregado a esto también afirmaron que se cuenta con 40 laboratorios capacitados, entre los que se encuentran los de universidades públicas y privadas, además de organizaciones de salud privadas, en donde se podrían realizar cerca de 15.000 pruebas diarias. Asimismo, el Gobierno anunció el 25 de marzo la compra de 700.000 test de primer filtro que funcionarían para agilizar la entrega de resultados. Estos provendrían del laboratorio Abott a partir del 13 de abril.
Sin embargo, estas estrategias han estado atravesadas por varias dificultades. Por una parte, es necesario enfatizar en la urgencia de que estas pruebas y laboratorios, además, de las camas de UCI y los respiradores, estén adecuados en todos los territorios, no solo en las ciudades y en los departamentos más centrales.
Llama la atención que, en zonas como el Chocó, donde no se han registrados contagios, solo haya 24 camas de UCI, que estas sean del sector privado y que además ya estén en uso. En este departamento urge una atención priorizada por sus indicadores de mortalidad, morbilidad, socioeconómicos, demográficos, de factores de riesgo y determinantes de salud, donde además no existe un hospital de tercer nivel, para los cerca de 516 mil habitantes.
Solo se cuenta con un hospital de segundo nivel, seis hospitales de primer nivel y seis clínicas particulares que ofrecen tres unidades de cuidados intensivos. Con este contexto, ¿en realidad no habrá ningún caso de contagio? O, por el contrario, ¿lo que no hay son recursos para poder determinarlo?
Adicional a esto, otro de los contextos que rodea la discusión del total de contagiados registrados a hoy son los problemas técnicos que informó el INS de una máquina de extracción de ácido nucleico, lo que representó una notable baja en los casos registrados entre el 26 y 27 de marzo, pues el 25 de ese mes se habían realizado 838 pruebas y detectado 92 nuevos pacientes con Covid-19 y al día siguiente se pasó a 452 pruebas y 21 casos positivos nuevos. Una reducción de casi el 50%.
Esta máquina que puede diagnosticar 100 pruebas en una hora y quince minutos estaba demandando mayor trabajo de los virólogos y dado esto hay un retraso de casi una semana con los resultados, a pesar de que el equipo fue reparado el 28 de marzo.
Demora en la entrega de resultados
Igualmente, este fin de semana desde varios puntos del país se hicieron llamados de atención ante la demora en la entrega de resultados. Dos de estos hechos se registraron en Bolívar y Caldas, donde se informó que se habrían enviado alrededor de 300 pruebas en cada departamento entre el 25 de marzo y el 05 de abril, de las cuales no se tenían resultados, lo que afectaría directamente la toma de decisiones para tratar posibles casos, prevenir su propagación y establecer medidas en las regiones.
Por otra parte, el INS también ha denunciado que las pruebas que se vienen realizando están siendo manipuladas de manera inadecuada, a su vez los rótulos no están siendo diligenciados correctamente y hay errores en los protocolos establecidos para el traslado de estas, por ejemplo, no se está respetando la cadena de refrigeración que las pruebas requieren. Con este panorama cerca de un 80% de las pruebas que llegan al Instituto no cumplen los requerimientos para poder ser estudiados de manera efectiva.
Ante este panorama, el Procurador General, Fernando Carrillo, dijo en entrevista con el diario El Heraldo: En Colombia, hasta el día de hoy, hemos hecho muy pocas pruebas diagnósticas y no podemos dejar que siga pasando el tiempo sin tener los números reales porque para tomar decisiones de Estado se necesitan cifras y el ministro de Salud está manejando datos de hace una semana y eso es complicadísimo. No sabemos con certeza si los datos de hoy son cifras reales, seguramente hay muchos más contagios porque hemos hecho muy pocas pruebas.
Ante esto es necesario reclamar respuestas oficiales a preguntas como: ¿Qué efectividad pueden llegar a tener medidas como el llamado aislamiento inteligente cuando es probable que en la cifra total de contagios falten casos por contar y contextos por tener en cuenta? ¿A quién le vamos a reclamar una cifra real cuando hasta el INS ha reportado las irregularidades en los procesos de diagnóstico?
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