Por: Redacción Pares
Este fin de semana el gobierno de Gustavo Petro siguió moviéndose. Algunas cabezas cayeron, otros enroques se confirmaron. Alexander López, quien estaba en el DNP, llegó a la jefatura del despacho. Benedetti, la piedra de la discordia en el famoso consejo de ministros, reemplazó a Juan Fernando Cristo en el ministerio del interior a quien el presidente le terminó cobrando la supuesta gripa el día que decidieron meterle una cámara a esa reunión de gabinete. Los movimientos seguirán dándose. Se rumora que Luis Carlos Reyes, ministro de comercio, saldría. Esta salida no es una retaliación por haber enlodado, entre otros funcionarios, a Roy Barreras en el caso de Papá Pitufo. La decisión se habría tomado días atrás.
Pero, lo que más llama la atención en estos movimientos es la llegada de Muhamad al DNP. Este cargo tiene una importancia tan grande como la que puede tener un ministerio de hacienda. El pasado 9 de febrero la funcionaria presentó de manera irrevocable su renuncia. La ministra de ambiente argumentaba no poder trabajar al lado de un político tan cuestionado -con acusaciones incluso de maltrato de mujeres- como Armando Benedetti. El país aplaudió la dignidad, la firmeza con la que le afirmó al presidente que no se sentaría en una misma mesa de trabajo con Benedetti. A estas voces se sumaron la de Francia Márquez, quien en su voz se veía la rabia, y la de Gustavo Bolívar.
Pero tres semanas después, luego de que Gustavo Petro se fuera de gira por el medio oriente, todas las heridas parecen cerradas. Susana Muhamad aceptó seguir trabajando con Armando Benedetti. En la carta que le entregó al presidente afirmó que renunciaba porque pensaba más como persona que como funcionaria y habían rayas que ella no estaba pensando en cruzar: “No es que sea él o yo, eso sería egocéntrico de mi parte, pero más bien es decir yo no estoy dispuesta a tener todos los riesgos políticos y jurídicos que implica estar en un proceso de cambio tan complejo como el que impulsa el presidente Petro con una persona en el despacho del presidente como Armando Benedetti”. El consejo se dio el pasado 4 de febrero y tenía como principal objetivo tratar -en teoría- la crisis humanitaria derivada de la ofensiva del ELN en el Catatumbo.
En las movidas queda confirmada que con el ministerio del Interior Petro le entregó a Benedetti las llaves de la Casa de Nariño, será operador político no sólo para tramitar las estancadas reformas del gobierno sino pensando en las elecciones del 2026. Con la decisión de Muhamad que se confirmará este 24 de febrero quedaría aplazada su intención de ser candidata a la presidencia del 2026 pero sí estaría lista en el partidor para ser la candidata a la alcaldesa de Bogotá por parte del Pacto Histórico.
Con la nueva movida de ministros el presidente piensa acercar más a los partidos liberales y conservadores y mantenerlos en la coalición de gobierno.
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