Por: Redacción Pares
En el último informe de la fundación Paz y Reconciliación titulada ¿Plomo es lo que viene? Balance y retos de la política de paz total 2022-2024, se hace una radiografía de cómo el que se espera sea el gran legado de Gustavo Petro. En las últimas horas se anunció, a través del ministro de defensa de Iván Velásquez, el fin del cese al fuego con Iván Mordisco y sus tropas. Con esto cabe preguntarse aún más si la Paz Total está funcionando o no.
Colombia es tan grande que acá hay más territorio de Estado. Por eso hay municipios en donde la única autoridad que existe son los grupos armados. Cada vez son más frecuentes las inauguraciones de puentes, de centros de salud y de ambulancias por parte de las EMC o el Clan del Golfo. Lo que no está haciendo el gobierno lo hacen los grupos armados. El orden también lo imponen ellos. Esto se ha desbordado no por la Paz Total sino desde el 2018. En el 2016 el gobierno de Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño firmaron un acuerdo de paz en el teatro Colón de Bogotá. Las Farc se retiraron de las zonas donde estaban y lo normal era que el Estado las hubiera ocupado. Pero no. Disidencias, que terminarían conformando el Estado Mayor Central, Clan del Golfo, ELN y después la Segunda Marquetalia, entrarían a disputarse estos lugares.
La expansión de estos grupos se vino a dar en el periodo 2018-2022, durante la presidencia de Iván Duque. Sectores contrarios al gobierno Petro han vendido la narrativa que los cese al fuego con diferentes grupos armados es lo que ha permitido la expansión de estos. En el informe que presentaremos a continuación titulado ¿Plomo es lo que viene? Balance y retos de la política de paz total 2022-2024 recalca en sus mensajes finales lo siguiente: “Una suspensión nacional del cese al fuego de forma abrupta puede llevar a un escalamiento violento sin capacidad de contención por parte del Estado, que incluso lleve a la población a optar por apoyar medidas que suspendan el estado de derecho local – ya de por sí frágil – a cambio de una protección básica en seguridad”. El incentivo del cese al fuego no se puede convertir en lo único que mueva un grupo armado para firmar la paz. Si hay dos grupos en disputa por un territorio y ambos firman un cese al fuego con el Estado, la población no se salvará de los continuos conflictos de ambos por controlar el territorio.
El informe recuerda que en medio del conflicto está la gente. Los continuos combates entre grupos armados en zona como el Cauca ponen en riesgo siempre a la población civil. La Paz no puede estar centrada solamente en los actores armados, se ha demostrado históricamente que la sociedad civil ha sido la mejor aliada para construir la paz y este gobierno no la ha tenido entre sus prioridades.
El ciclo de violencia que está viviendo Colombia surge -con excepción del ELN- de ciclos de violencia en Colombia que no han tenido cierres definitivos o cuyos procesos finales de paz no tuvieron la implementación deseada. Es fácil ver los vasos comunicantes que hay entre las antiguas AUC con el Clan del Golfo, más obvias aún son lo que une al EMC con las antiguas FARC o las razones por las que los miembros de la Segunda Marquetalia se volvieron a alzar en armas.
Pero el siguiente informe se ocupa, además, de las complejidades de la Paz Urbana. Analiza por qué se han conseguido resultados en el Valle de Aburrá, llevando a los grupos a las mesas de negociación y obteniendo cifras bastante alentadoras, contrastando con lo que sucede en el Valle del Cauca donde grupos como la Inmaculada han puesto contra la pared a municipios como Tuluá y cómo han llegado a controlar las cárceles más emblemáticas del país desde donde realizan el crimen que más ha subido en los últimos años: la extorsión. El informa aborda el intrincado proceso de paz que se lleva en Buenaventura en donde, al inicio del gobierno Petro, completó el puerto casi tres meses sin homicidios gracias a los diálogos que sostuvieron Shottas y Espartanos y cómo, después de la salida del ex comisionado de Paz Danilo Rueda, esta Paz Urbana, en Buenaventura y otras ciudades del país, se ha estancado.
Esta es una radiografía de dos años de luchas, pequeñas victorias y derrotas en busca de un objetivo ambicioso: conseguir la Paz Total en un país que se acostumbró a la guerra. Es imposible resumir el informe en unas cuantas palabras. Resumir cómo el Clan del Golfo ha permeado la política en las regiones donde ejercen influencia como alguna vez hicieron los paramilitares a comienzos de este siglo y cómo el EMC ha intentado hacer pasar la desmesura de su violencia con ideología. Lo que sí puede servir este breve resumen es resaltar la importancia de leer en toda su extensión este informe para ponerle la lupa a lo que intenta convertir este gobierno en su mayor legado: La Paz Total.
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