Por: Paola Andrea Marín
La reciente carta atribuida a Iván Márquez, líder de la Segunda Marquetalia, ha generado un nuevo punto de tensión en el proceso de paz con el Gobierno Nacional. La carta, dirigida a países y entidades garantes del proceso, desautoriza reuniones bilaterales realizadas en su nombre y cuestiona decisiones adoptadas sin su consulta. Además, plantea un aparente quiebre interno al prohibir el uso del nombre “Segunda Marquetalia” y califica las reuniones como iniciativas unilaterales de algunas estructuras armadas vinculadas al grupo. Este documento ha despertado incertidumbre, no solo por su contenido, sino por la falta de pruebas claras sobre la sobrevivencia de Márquez, quien ha estado envuelto en rumores de su muerte desde hace semanas.
Tomado de X: @UltimaHoraCR
La delegación encabezada por Walter Mendoza, jefe negociador de la Segunda Marquetalia expresó sorpresa y desconcierto ante la carta, señalando que no llegó a través de los canales habituales. A pesar de la aparente ruptura interna, Mendoza ha reafirmado la continuidad de la mesa con las estructuras dispuestas a negociar, como los Comandos de la Frontera al mando de Andrés Rojas, alias “la Araña” y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico al mando de “Andrés Allende”.
Por su parte, el Gobierno, representado por el jefe negociador Armando Novoa, considera la carta un obstáculo inesperado. No obstante, el presidente Gustavo Petro ha interpretado la división dentro de la Segunda Marquetalia como un avance hacia la paz, destacando la voluntad de continuar el proceso con los grupos que opten por el diálogo. El Gobierno también evalúa exigir pruebas de vida de Márquez para garantizar la seriedad del proceso.
Frente a las exigencias de vida de Márquez, el Alto Comisionado de Paz, Otty Patiño, comunico en una entrevista para la W, en la mañana del domingo, que por supuesto, la supuesta carta de ‘Iván Márquez’ pone en tensión los diálogos que hasta ahora iban por buen camino. Sin embargo, espera sigan avanzando los procesos con las facciones de los Comandos de Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacifico, mientras hay una respuesta certera sobre el estado de Márquez.
Frente a este punto, es importante recordar, que de las 20 subestructuras que pertenecen a la Segunda Marquetalia, en este nuevo escenario de ruptura, se estima que un aproximado de 8 subestructuras podría separarse del proceso de negociación, las cuales pertenecerían a la facción del Ala FARC-EP, que tienen presencia en departamentos como el Huila, Caquetá, Guainía y Vichada.
Elaboración propia. Línea de Paz Territorial y DDHH.
¿Cuál es el escenario actual del proceso de negociación?
Desde su inicio formal el 30 de junio de 2024, el proceso de paz con la Segunda Marquetalia ha estado marcado por intentos de construir una base sólida para el diálogo, intentando no caer en los mismos errores que han marcado las negociones que se vienen realizando en el marco de la llamada Paz Total.
El primer ciclo de negociaciones, realizado en Caracas, resultó en la firma de un acuerdo de nueve puntos que buscaba estructurar los cimientos del proceso de paz. Entre los compromisos más destacados se encontraba la creación de una subcomisión técnica encargada de georreferenciar los municipios, corregimientos y veredas donde la Segunda Marquetalia tiene presencia activa. Este esfuerzo buscaba no solo mapear el control territorial del grupo, sino también identificar las zonas más afectadas por el conflicto y priorizar intervenciones humanitarias.
Además, se pactó un cese unilateral de fuego por parte de la Segunda Marquetalia, acompañado de la aclaración de que este no limitaría las competencias constitucionales y legales de la Fuerza Pública. Este compromiso pretendía reducir las tensiones en los territorios mientras avanzaba el diálogo.
Otro punto clave fue la promesa de establecer medidas tempranas para la reparación de las víctimas del conflicto en las zonas bajo control del grupo armado. Esto incluía la identificación de proyectos sociales y económicos de impacto rápido, que se definirían en reuniones con las comunidades locales.
A pesar de estos acuerdos iniciales, su implementación ha sido lenta. Por ejemplo, el informe de georreferenciación, que debía ser entregado en julio, aún no está completo. Esto se debe, en parte, a la falta de claridad sobre la unidad interna de la Segunda Marquetalia y a las disputas entre sus facciones. Asimismo, aunque se acordó una reunión en Tumaco para coordinar con las comunidades y avanzar en la identificación de proyectos sociales, esta se retrasó debido a exigencias del grupo armado, incluyendo la solicitud de levantar las órdenes de captura con fines de extradición contra Iván Márquez. Finalmente, el encuentro se llevó a cabo el 22 de septiembre, pero no logró el impacto esperado debido a la incertidumbre sobre el liderazgo de Márquez.
De igual forma, los países y entidades garantes han jugado un papel crucial en mantener el proceso de negociación a flote. Han facilitado el diálogo y actuado como mediadores en momentos de tensión. Sin embargo, la falta de pruebas de vida de Márquez y los rumores de su muerte han puesto en duda la legitimidad del liderazgo del grupo, complicando aún más la situación.
La reciente reunión en Puerto Asís, Putumayo, tenía como objetivo resolver las tensiones internas y avanzar en la consolidación de una agenda común. Sin embargo, la carta atribuida a Márquez, que desautorizó el uso del nombre “Segunda Marquetalia” y rechazó las decisiones tomadas en su ausencia, generó una crisis de confianza tanto entre las facciones del grupo armado como en su relación con el Gobierno. A pesar de esta situación, Walter Mendoza, jefe de la delegación de la Segunda Marquetalia en las negociaciones, reafirmó la voluntad de continuar el diálogo con las estructuras que estén dispuestas a participar, como los Comandos de la Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico. Por su parte, el Gobierno también ha mostrado flexibilidad, al esperar hasta el 20 de noviembre para recibir una respuesta definitiva de Márquez o sus representantes.
Aunque la mesa de negociación sigue en pie, y el avance del proceso aun es confuso y depende de la respuesta a varios interrogantes como: ¿Hay unidad interna al interior del grupo armado? ¿Iván Márquez sigue con vida? ¿Si se encuentra con vida, cual es su rol al interior de la organización?
Ante estas preguntas, que aún no tienen respuesta, planteamos tres escenarios hipotéticos, que podrían desarrollarse en el marco de esta situación de crisis, al interior de la mesa de negociación. Teniendo presente que la autenticidad de la carta atribuida a Iván Márquez es un punto crítico. Si se comprobara que Márquez no está vivo, y que la comunicación es apócrifa, podrían desarrollarse varios escenarios:
El primer escenario tiene que ver con la fragmentación total del grupo armado. La ausencia de un liderazgo centralizado como el de Márquez podría acelerar la división de la Segunda Marquetalia en facciones independientes, dificultando cualquier intento de negociación. Esto podría derivar en enfrentamientos internos por el control territorial y una mayor incertidumbre para las comunidades afectadas, tal como ocurrió con las facciones del EMC que terminaron dividas en el EMC- Liderado por Iván Mordisco y el EMB de los Bloques liderado por Alias Calarcá. De ser estaríamos ante una posible Tercera Marquetalia.
El segundo escenario, incluye una reconfiguración del proceso de paz. El Gobierno podría optar por formalizar acuerdos con los grupos dispuestos a negociar, dejando de lado a las estructuras que no ofrezcan garantías de liderazgo legítimo. Esto podría fortalecer la legitimidad del proceso, pero también limitar su alcance. En el caso en que la fragmentación sea una realidad, podría ser el camino más cercano por seguir, teniendo en cuenta las comunicaciones realizadas por el presidente Gustavo Petro y el alto comisionado de paz Otty Patiño.
Finalmente, el tercer escenario, obedece a la interpretación literal de la carta. En este sentido, entendiendo que Iván Márquez, siga vivo; podríamos enfrentarnos a un espacio de lucha interna por el control del grupo. Esta situación pondría al Gobierno en una posición compleja, al tener que decidir si continuar el proceso con facciones divididas o al igual que con EMC, identificar con quienes continuar el proceso de negociación. El Comisionado Otty Patiño a mencionado que las negociaciones se basan en un principio de realidad. Por ello, en este escenario podría priorizarse la negociación con aquellas subestructuras con las cuales se ha avanzado como son las pertenecientes a los Comandos de Frontera y las Coordinadora Guerrillera del pacifico.