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Tortura, corrupción y muerte: El lado oscuro del gobierno Bukele

Por: Redacción Pares





En Colombia son muchos los personajes que admiran abiertamente a Nayib Bukele. Congresistas como Jota Pe-Hernández, José Jaime Uscátegui, la propia Paloma Valencia, han mostrado su devoción y el deseo que un político así nos gobernara. Muchos colombianos incluso hablan abiertamente de que su sueño podría ser vivir en El Salvador. Hace diez años este país tenía las tazas de homicidio más altas de Centroamérica. En septiembre del 2023, en una Asamblea General de Naciones Unidas, Bukele dijo en un tono grave “en muy poco tiempo pasamos de ser literalmente el país más peligroso del mundo a ser el país más seguro de América Latina". Según datos oficiales publicados en enero de 2024, 2023 tuvo la cifra de homicidios más bajas en la historia de El Salvador —dice el Gobierno— cuando se registraron 154 homicidios, una tasa de 2,4 por cada 100.000 habitantes. El año anterior, en 2022, se contabilizaron 495 homicidios, o 7,8 por cada 100.000 habitantes.


Cada vez son más los testimonios de gente que afirma haber recuperado su derecho a caminar por la calle, a tener su propio negocio sin que los pandilleros los extorsionaran. En una encuesta de seguridad del 2019 el 70% de los salvadoreños afirmaban que entre todos los problemas que podría tener el país, sin duda el de la delincuencia era el peor. En diciembre del 2023 la percepción bajó a un 4%.


 Sin embargo el gobierno de Bukele tiene sus lados grises y algunos hasta oscuros. Hay cuestionamientos por sus megacárceles, la completa negación de los presos a los derechos humanos y la, al parecer, escandalosa cifra de inocentes que están pagando cana en ese país. Una violencia se ha sustituido por otra. En este gobierno se han sucedido días muy tristes.


Uno de ellos fue el del 27 de marzo del 2022. Ese día murieron 62 personas en todo el país. El congreso, de mayoría oficialista, tomó la decisión de emitir un decreto de seguridad en donde quedaban suspendidas las reuniones el derecho a la defensa y llamar a un abogado si se es detenido. En El Salvador no se tiene derecho a un abogado de oficio. Se iniciaba el régimen de excepción.


Pero estos problemas los presenta directamente el círculo más cercano que maneja la seguridad del país. Incluso la misma Procuradora para los Derechos Humanos Raquel Caballero de Guevara había sido multada con 3.500 dólares por actos de nepotismo. La labor que tendría la señora Caballero era la de ver cómo estaban la situación de estas personas en las cárceles. La cifra de presos aumentó dramáticamente en el último año: 57 mil, muchos de ellos habitando las megacárceles recién estrenadas. ONG han afirmado que dentro de las cárceles han muerto cerca de 90 personas debido a golpizas por agentes del estado o por simple descuido. Las condiciones recuerdan muchas veces campos de exterminio en donde no se busca resocializar a las personas, cambiarlos, sino, simplemente, acabar con el delincuente. Eliminarlo.


Desde marzo del 2022 no se saben cómo están las condiciones de los presos. La CIDH han elevado sus quejas hasta el congreso norteamericano y allí han probado que a los presos en las cárceles salvadoreñas simplemente se los deja morir de manera deliberada.


El hombre encargado de las cárceles de Bukele se llama Osiris Luna. Sobré él hay acusaciones de corrupción, de desviar dinero en construcción y mejoramiento de cárceles para sus cuentas. Lo mismo pasó con los recursos destinados para la atención del COVID 19 en los institutos penitenciarios. Osiris Luna además está señalado de ordenar el asesinato de 87 pandilleros pertenecientes a las bandas MS13 y Barrio 18, después de cumplirse un pacto entre ellos y el gobierno. Para mantener las calles del Salvador sin delincuentes el gobierno ha tenido que ensuciarse las manos. Sobre Luna no hay investigaciones abiertas. La Fiscalía, cercana también a Bukele, está a cargo de la investigación sobre Luna. Esta ni siquiera se ha abierto. El Fiscal se llama Rodolfo Delgado y tiene encima dos escándalos, uno, de corrupción, al ser empleado de Alba Petróleos, empresa que se lucraba con el petróleo venezolano y que está acusada por los Estados Unidos de lavado de dineros, y en la otra en la tortura de pandilleros entre los años 2002 y 2008.


Pero nada de esto parece tocar el prestigio de Bukele tanto adentro de su país. En febrero del 2024 era el mandatario con mayor favorabilidad de la región, 88%, seguido por Luis Abidaner de República Dominicana con 69% y alguien que está en las antipodas de Bukele, Andres Manuel López Obrador, quien será hasta octubre presidente de México y cuenta con un 68% Petro aparece en esta lista en los últimos puestos con 28%.


A pesar de las denuncias en las pasadas elecciones regionales hubo candidatos en Colombia como el alcalde de Bucaramanga Jaime Beltrán, quien hizo campaña prometiendo ser el “Bukele colombiano”. Incluso una de sus promesas fue hacer una megacárcel. El presidente salvadoreño, que ha sido portada de revistas ampliamente difundidas como Semana, es el personaje internacional más conocido y respetado en el país. Ya hay analistas que hablan de los peligros que podría traer esta Bukelemanía para nuestro país. Bukele, está claro, es un enemigo de los derechos civiles.

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