Por: Isabela Puyana
La Tangara Chilensis, también denominada como el ave de siete colores, que se puede ver en el Amazonas, es el logo del nuevo emprendimiento de turismo en Puerto Asís de un grupo de hombres y mujeres campesinos que antes se dedicaban a sembrar coca, a talar y a cazar y que hoy emprenden un camino por el cuidado de la región a través del ecoturismo.
“El Putumayo ha sido catalogado como un departamento productor de la hoja de coca y la ganadería, pero nosotros, a través de emprendimientos como este queremos darle otra mirada” Dice Cristian López, vicepresidente de la Asociación la Tángara
Históricamente, Puerto Asís ha sido un punto de confluencia entre la Amazonía y las principales rutas comerciales de Colombia. Durante varias décadas, su economía estuvo centrada en la agricultura, la extracción de recursos naturales como la madera y el petróleo, que fueron sectores clave en la zona.
En los años 80 y 90, el auge del narcotráfico en Colombia también afectó a la región, ya que las rutas de tráfico ilegal pasaban por la zona del Putumayo. El narcotráfico trajo consigo violencia, inseguridad y desplazamiento y una de las producciones más complejas para la región: el cultivo de coca.
Según un informe de la UNODC, reportado por PARES, se identificó en el 2022 que el 65% de los cultivos de coca en Colombia se concentraron en Nariño, Norte de Santander y Putumayo. Sin embargo, es en Putumayo donde se encontró el dato más impactante. El 77% del aumento de hectáreas de coca en todo el país se registró en esta región. En 2021, Putumayo albergó 204,000 hectáreas de cultivo de coca, mientras que en 2022 esta cifra se disparó a 230,000 hectáreas.
Es por esto que emprendimientos como la Tángara empiezan a transformar el territorio, la vida de sus habitantes y el ecosistema del Putumayo y cobran tanta importancia, aún con retos por delante.
“Nosotros trabajamos el turismo junto al medio ambiente, hoy yo soy amigo de los animales, ya no talo, yo ya no cazo, porque yo sí solía hacer todo eso. Yo fui coquero y no me da pena decirlo, yo viví mucho tiempo de eso, porque no había muchas opciones, llegué a recolectar 1.600 robas de coca en una sola cosecha, yo hice daños, lo reconozco. Pero hoy quiero apostar por el turismo, incluso con las dificultades que esto tenga” Asegura Robinson Polo, Presidente de la asociación la Tángara
La Tangara se mueve a través de lanchas junto a los turistas para observar e identificar distintas especies de aves endémicas de la zona, a las que solo es posible acceder en esta región amazónica y los alrededores de Puerto Asís a través del río Piñuña Blanco.
Sin embargo, uno de los retos para esta asociación turística y otras organizaciones que están buscando transformar su futuro, es el acceso a los servicios básicos como agua, energía, y sistema de sanidad, la conectividad de servicio de internet y señal de comunicación que no son efectivas, pero como muchos lo señalan, el encarecimiento del Diesel, de la gasolina para moverse por el río.
Según CAMBIO la gasolina que se consume en Putumayo llega desde Barrancabermeja, el combustible llega a la planta de terpel ubicada en Neiva y desde allí se cargan unos carrotanques que inician unos recorridos de 450 kilómetros por Puerto Asís hacia el río Putumayo en una travesía de 2.500 kilómetros que toma entre 20 y 30 días de tránsito cuando el río está en un bien nivel. Esta es la única forma que tiene el combustible de llegar desde el centro del país hasta Puerto Asís.
Emilse Campana, representante legal de APASAP TURÍSTICA, organizó campesina del Putumayo que promueve el turismo en la zona, se necesita generar las inversiones referentes a los ingresos de las actividades turísticas en beneficio económico para toda la comunidad y para esto serīa coherente hacerlo a través de las energīas renovables.
“El turismo sostenible, con energías renovables puede convertirse en una fuente estable y duradera para las familias locales, apoyando microempresas y emprendimientos ecológicos. Además, se puede fortalecer la infraestructura local, creando un círculo virtuoso donde se contribuya al desarrollo y bienestar de la comunidad”. Asegura Campana
Según FONTUR La forma de transporte más sostenible en muchas de estas áreas es el fluvial. Al no depender de carreteras que pueden dañar ecosistemas frágiles, el transporte por el río ofrece una alternativa más amigable con el medio ambiente, aunque esto también depende del tipo de embarcaciones utilizadas y las prácticas de los operadores turísticos.
Por esto, el proyecto “Descarbonización del Amazonas”, impulsado por la Fundación Paz y Reconciliación y Fundación TEJ, tiene un objetivo claro y ambicioso: llevar al territorio una lancha en cada municipio, equipada con paneles solares. Es una apuesta que, en palabras de los propios líderes comunitarios: “puede cambiar la forma en la que nos movemos y producimos”.
A través de las Escuelas TEL, no solo se hará entrega de las lanchas, sino también se capacitará a los beneficiarios a través de talleres y espacios de conversación colectiva sobre la Transición Energética Justa.
Este puede ser el primer paso hacia un modelo de lanchas que no dependan de diesel en un departamento que se moviliza por sus ríos pero que también son el equilibro de todos.
Según Emilce Campaña, quien representa a comunidades campesinas y que ahora conoce bien la importancia de las energías renovables, asegura “La historia económica de Puerto Asís junto a la llegada del turismo no está separada del cuidado de su ecosistema, de su biodiversidad y de los beneficios que pueden traer la transición energética justa”
Ella insiste en que un futuro más sostenible para Playa Rica en Puerto Asís y para sus comunidades fue decirle no a la coca,: “no ha sido fácil, pero este es el momento de hacer bien las cosas y eso implica cuidar lo que tenemos”.