Por: Redacción Pares

La noche del 4 de marzo fue una de las más importantes del nuevo gobierno norteamericano. Ante el congreso de ese país Donald Trump dio su primer discurso. Lejos de la autocrítica Trump estiró aún más su rostro y afirmó sin titubeos: “Hemos conseguido más en 43 días de lo que la mayoría de administraciones consiguen en cuatro u ocho años. Estados Unidos está de vuelta”. Con la motosierra prendida desde DOGE, el departamento creado por Elon Musk enfocado en el recorte presupuestal, que ha incluido despidos y una ingerencia desproporcionada de un agente externo del gobierno, con más de cinco mil deportados latinoamericanos perseguidos y deportados, con encuentros tan tensos con gobiernos internacionales como sucedió el viernes de la semana pasada con la visita de Zelensky al salón oval y la imposición de aranceles superiores al 25% a Europa, China y paises latinoamericanos, no ha habido un sólo día en que Trump no sea noticia. Al parecer esa es parte de su estrategia. Imponer agenda.
En la alocución de la noche del pasado 4 de marzo dos de los protagonistas fueron Musk y Melania. Fue el tono habitual de su discurso, con DOGE, Departamento de Eficiencia Gubernamental, Musk y los ahorros que se han conseguido. Repitió temas como el canal de Panamá, la reivindicación de que sólo hay dos sexos, el tema de la batalla cultural, el tema de los aranceles y la posibilidad que se estaba conversando con México y Canadá para buscar otra opción pero todo esto se deshizo ya que en el discurso ante el congreso se mantuvo tan firme que el embajador chino afirmó a través de X “Si quieren que vayamos a una guerra arancelaria lo haremos”.
La palabra que más usó Trump fue “Aranceles” en el discurso más largo ante el congreso que usó un presidente en la era moderna: Una hora y veinte minutos. Según la encuesta de CNN el discurso tuvo un 64% de aprobación. Se nombró a Colombia, se dijo que se recortó sesenta millones de dólares en ayudas y tocó el tema del control del canal de Panamá, algo que lo tiene obsesionado.
Pero preocupa y mucho que quiera meterse con Groenlandia. Desde los años setenta se viene afirmando por parte de científicos dedicados al ambientalismo que se debe cuidar esta parte de la tierra si queremos sobrevivir como especie. Sin ningún tipo de matices Trump afirmó lo siguiente: “Esta noche también tengo una noche increíble para la gente de Groenlandia. Apoyamos enérgicamente el derecho que tienen para determinar su futuro y si así lo eligen la bienvenida a Estados Unidos”.
Groenlandia es la isla más grande del mundo. Tiene 56 mil habitantes que viven con los rigores propios de su frío polar. En este momento es un territorio autónomo de Dinamarca. Todo parece indicar es que, lo que planea Trump, sería hacer un plebiscito y que la gente -en su mayoría Inuits- escojan su futuro. Las razones que dio el presidente norteamericano de por qué está dispuesto a ir tras Groenlandia fue la siguiente: Necesitamos a Groenlandia por seguridad nacional e incluso internacional. Estamos trabajando con todo el que está involucrado para tratar de conseguirlo. Lo necesitamos de verdad para la seguridad global y creo que vamos a lograrlo. Vamos a conseguirlo de un modo u otro".
La última guerra mundial que destruyó buena parte de Europa entre 1939 y 1945 se dio por el afán anexionista de Hitler. ¿Se estará repitiendo la historia?
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