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Un balance de la seguridad ciudadana en Colombia

Por: Línea de Seguridad Urbana y Crimen Organizado. Pares.


En materia de indicadores de seguridad ciudadana y convivencia, el año 2020 fue un año completamente atípico debido a las medidas de restricción a la movilidad emitidas por el Gobierno Nacional y las autoridades locales. Por ello, vale la pena advertir que la comparación de los datos que se presenta en este informe debe ser leída con cautela ya que la llegada del COVID-19 afectó las dinámicas sociales propias de un periodo de normalidad.

Si bien, en muchos casos se evidencian obvias reducciones, en algunos municipios las variaciones fueron positivas, resultando en incrementos en ciertos hechos delictivos que deben ser tenidos en cuenta para la acción oportuna de las autoridades administrativas y de policía. El pasado mes de noviembre, la línea de Seguridad Urbana y Crimen Organizado publicó el informe Seguridad Ciudadana y Covid-19.

Mutaciones del delito en las capitales de Colombia en el que se documentaron los efectos del confinamiento sobre el delito y se evidenció la atipicidad de los principales indicadores delictivos de 2020. En varios de ellos se registraban reducciones considerables en términos de denuncias, que terminaban por dificultar la comparación con los totales obtenidos en 2019. Por ello, se generaron 6 principales hipótesis explicativas:

  1. Se confirma el impacto que sobre las denuncias han tenido las disposiciones para atender la emergencia, inclusive desde antes del inicio del Simulacro Vital y la Cuarentena Nacional. De esta forma, de los delitos estudiados, las denuncias por lesiones personales, delitos sexuales, violencia intrafamiliar y hurtos a residencias logran la mayor reducción en la primera semana desde el inicio del Simulacro. Las correspondientes a los demás tipos de hurto (personas, comercio, automotores y motocicletas) y los homicidios lo hacen en la segunda semana cuando regían las disposiciones de la Cuarentena Nacional, pero la caída es pronunciada desde el 20 de marzo.

  2. Mientras que la violencia homicida y feminicida después del confinamiento estricto retornó rápidamente a los niveles de 2019, las lesiones personales siguen presentando meses con reducciones importantes. Es decir, las medidas de confinamiento impactan positivamente el último indicador por cuanto no todos los lugares donde suelen concentrarse se encuentran aún disponibles. Sin embargo, en algunos casos, como Cartagena, Barranquilla, Cúcuta, Quibdó, y San Andrés que registran incrementos en el número de homicidios frente a los totales del año pasado, las medidas no han logrado disuadir a los homicidas y a las organizaciones de ejecutarlos.

  3. De los tipos de hurto analizados, el que presenta la menor reducción en denuncias de este año corresponde al hurto de automotores. El hecho de que la gran mayoría de los delitos contra la propiedad mantengan reducciones significativas después de las medidas de aislamiento estricto se explica por la permanencia de un mayor número de personas en casa lo que desincentiva el hurto a residencias, y por la indisponibilidad de lugares y personas donde suelen concentrarse.

  4. Las denuncias por violencia intrafamiliar se reducen en los totales nacionales y en la mayoría de las capitales desde el inicio del confinamiento y a pesar de que esperaban mayores incrementos, tanto por la tendencia exponencial al alza de los casos que se registraba desde el año pasado hasta los primeros meses de 2020, como por los efectos que tendría sobre la convivencia la exigencia de pasar más tiempo en casa, la tendencia sigue siendo baja hasta agosto, aunque presentó un leve incremento en mayo.

  5. Los delitos sexuales también mantienen reducciones por menor presencia de personas en el espacio público. Sin embargo, se observa con preocupación que el confinamiento pudo haber incrementado el subregistro en relación con aquellos delitos sexuales que ocurren en el hogar, en tanto que opera una lógica similar a la de la violencia intrafamiliar.

  6. Mientras que este año se observa una tendencia generalizada a la reducción de las denuncias, la operatividad policial, en materia de capturas, también se redujo. La disminución es pronunciada desde la primera semana en la que se detectó el primer caso de infección por COVID-19, pero al 31 de agosto tampoco ha retornado a la media de 2019. Esto se explica por la delegación en la Policía Nacional de las medidas para hacer cumplir el asilamiento por medio de los comparendos, pero también por las estrategias implementadas al interior de la institución para frenar los contagios lo que ha significado un menor número de uniformados para el control del delito.

Descargue el informe completo aquí:



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