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Una apuesta por la juventud en el Bajo Cauca

Por: Sebastián Mora, investigador de la Línea Democracia y Gobernabilidad


El Bajo Cauca es una de las 9 subregiones del departamento de Antioquia, está conformada por 6 municipios: Caucasia, Cáceres, Tarazá, El Bagre, Nechí y Zaragoza. Todos son municipios priorizados en el acuerdo de paz debido a su afectación por el conflicto armado. Por ejemplo, Tarazá, Cáceres y Caucasia se encuentran dentro de los 30 municipios postFARC que han presentado mayor aumento de homicidios entre 2017 y agosto de 2018.

Adicionalmente, hacen presencia en el territorio las disidencias del frente 36 de las FARC, el ELN, el Clan del Golfo y diferentes bancas criminales, quienes, de una u otra forma, controlan las economías ilegales centradas en la coca y la minería.

Uno de los mayores problemas para la juventud en el Bajo Cauca, como en la mayoría del país, es la falta de oportunidades después de finalizar la educación media y secundaria.

Como primera opción, se encuentra la sede de la Universidad de Antioquia, ubicada en el municipio de Caucasia. Aunque el hecho de que exista una universidad en el territorio es importante, aún tiene una oferta limitada en relación con la demanda. Actualmente, existen 7 programas de pregrado que, individualmente, abren entre 35 a 40 cupos cada semestre. Anudado a esto, la Universidad también cubre parte de la demanda de los bachilleres del sur de Córdoba.

La segunda opción se encuentra en la oferta de educación para el trabajo impartida por el SENA, esta tiene una mayor cantidad de programas a ofertar y capacidad instalada, ya que cuenta con sedes presenciales y propias en los municipios de Caucasia, que atiende Tarazá y Cáceres; y El Bagre, que atiende también a Nechí y Zaragoza. No obstante, funcionan una especie de subsedes en colegios de Nechí y Cáceres, mientras en Tarazá se encuentra cerca a la iglesia del municipio.

Aproximadamente, cada año se gradúan más de 1.000 bachilleres en todo el Bajo Cauca, de los cuales unos 200 ingresan a la Universidad de Antioquia, 200 más al SENA y 100 ingresan a otras instituciones de educación superior privadas. Estas últimas pueden llegar a costar 1´200.000 por semestre, un valor muy alejado del prepuesto de cualquier familia de clase media.

Es decir que, como mínimo, unos 500 jóvenes que terminan su bachillerato quedan en bandeja de plata para los actores armados, las economías ilegales y la informalidad. Estos pueden entrar a equipos de logística de estos grupos en labores de mensajería; ‘campaneros’, que reportan a los distintos grupos la entrada de personas extrañas o ajenas al territorio; raspadores de cultivos de coca o barequeros en alguna mina. En últimas, algunos jóvenes llegan a vincularse como sicarios.

Así las cosas, esta subregión es un reto para el desarrollo y devenir de la juventud. No obstante, desde distintas organizaciones sociales y la misma comunidad se trabaja para cambiar el imaginario de los jóvenes sobre su futuro.

PROGRAMA FORTALECIENDO DE LA DIÓCESIS DE SANTA ROSA DE OSOS:

La Diócesis, a través de este programa, realiza trabajos de acompañamiento mediante grupos juveniles en los que trabajan en la formación de valores, conocimiento de derechos como jóvenes, actividades de ocio y recreación, y, por último, guía para proyectos de vida de los jóvenes, todo con el objetivo que entiendan que ellos pueden realmente influir en su devenir y que sus opciones no giran alrededor de la violencia.

Otra área de influencia es el fortalecimiento de la gobernanza y democracia en la juventud, lo anterior se basa en impulsar el voto juvenil y el conocimiento de su territorio, para que sean capaces de diagnosticar sus problemáticas, plantear soluciones e iniciativas que sean sostenibles en el tiempo ya sin el acompañamiento del programa.

También a través de capacitaciones frente a la Ley 1622 de 2013 o Ley de Juventudes. En torno a esta último se realizará un trabajo desde este mes hasta abril de 2019, en orden de incidir política y socialmente en la creación de los consejos de juventud en el 2020 en cada uno de los municipios del Bajo Cauca, ya que lamentablemente no es una obligación para las administraciones crear tales consejos.

El programa, adicionalmente, acompaña a las organizaciones de jóvenes para que estas gestionen los recursos financieros de sus proyectos con cooperantes internacionales, instituciones públicas de cualquier nivel o privadas, y para la creación de alianzas estratégicas que permitan el desarrollo de estas.

LABORATORIO DE EMPRENDIMIENTO Y LIDERAZGO JUVENIL (LEL JUVENIL):

Este laboratorio nació en el 2012 en el municipio de Caucasia, centra sus actividades en empoderar a los jóvenes para que sean los protagonistas del cambio de su territorio, principalmente a través de la cultura, el arte y el deporte. Desde su creación LEL Juvenil ha impactado a más de 50 mil personas entre niños, jóvenes y adultos en todo el Bajo Cauca con actividades como foros sobre la educación superior en la región, recuperación de parques, espacios culturales y ferias de investigación en colegios y universidades

Lo anterior implica la promoción de la participación juvenil en la creación de políticas públicas, la adecuación de entornos sanos y de protección para los jóvenes, la promoción de espacios de paz y la recuperación de espacios públicos.

Esta organización también juega un papel de conector con la institucionalidad local, departamental y nacional para conseguir mayor y mejor oferta hacia los jóvenes. Ya que muchas veces no se siente que exista un verdadero doliente del Bajo Cauca externo al territorio. Este ejercicio de fomento de la participación incluye impulsar los ejercicios democráticos en las escuelas y colegios de la subregión, para que posteriormente sean tales jóvenes quienes puedan pensarse la transformación de su territorio. Aquí se conectan con la apuesta de los consejos de juventud persiguiendo el mismo objetivo que se plantea el Programa Fortaleciendo.

LEL Juvenil y el Programa Fortaleciendo son parte de un universo que le apuesta a la plataforma juvenil en el territorio y han encontrado en la cooperación internacional su más grande aliado, los cooperantes determinaron que las poblaciones más vulnerables alrededor de toda la violencia que afecta al Bajo Cauca son los jóvenes y las mujeres. Tal determinación ha permitido a organizaciones como estas plantear más proyectos de incidencia y convertirse en un interlocutor válido ante la institucionalidad, que también empieza a prestar atención a este nicho de la sociedad.

Visibilizar estas valiosas iniciativas puede ser el primer paso para que su importancia sea reconocida, para empezar a concienciar a la gente y que existan verdaderos dolientes del Bajo Cauca fuera de la subregión, para que se entienda que a través de organizaciones que le apuesten a la juventud se le arrebata un eslabón a la violencia en el país.

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