Por: Redacción Pares

Desde el pasado 16 de enero 4.000 hombres del ELN arrancaron una ofensiva contra el antiguo Frente 33 de las FARC que en la zona del Catatumbo está encabezado por Andrey Avendaño. Las operaciones del ELN están a cargo del temible comandante Pablito, con más de 40 años de experiencia en esta guerrilla y quien desde comienzos de este siglo tira las cuerdas del Domingo Laín, el frente más poderoso de esa guerrilla ejerciendo poder en Arauca desde los años ochenta. El ELN es el principal responsable de la muerte de más de 100 personas y el desplazamiento de otras 42 mil que han tenido que refugiarse en Cúcuta, durante los ataques que empezaron el 16 de enero, a escasos días de que se reanudaran los diálogos de paz en Caracas. El presidente Gustavo Petro, debido a la gravedad de la ofensiva y la poca consideración con los civiles, además de la búsqueda, secuestro y posterior asesinato de siete firmandes paz, decidió levantarse de la mesa, viajar hasta Tibú y prometer una contraofensiva.
Pero además de la fuerza el gobierno está intentando también la disuasión a los combatientes para que dejen la lucha armada. Por eso ha prometido varios incentivos para todo aquel guerrillero, que pertenezca a uno de los frentes de Pablito, decida entregar sus armas. “Este gobierno le entrega el poder a los jóvenes para vivir, para crear, para bailar y para construir un mundo mejor”. El icentivo sería universidad gratuita para que el joven ex combatiente, una vez reinsertado a la sociedad, tenga posibilidades de crecer y un trabajo social remunerado. Además él mandatario afirmó lo siguiente: “Todo joven de las fuerzas del odio que deje las armas, recibirá de mi mismo, la entrada gratuita a la universidad y al trabajo social. Los jóvenes que en estos dos últimos años de secundiaria en las zonas excluidas de Colombia en conflicto pueden ingresar desde ya al trabajo social remunerado y al estudio de educación superior”.
Aún no se sabe si esta oferta también estará en la mesa en otros frentes. Pablito ha demostrado su crueldad desde hace décadas. En 1989 fue el responsable del asesinato del obispo de Arauca y en enero del 2019 dinamitó otra posibilidad de paz con el gobierno del entonces presidente Iván Duque después de ser el cerebro del atentado de la escuela de cadetes General Santander en Bogotá en donde murieron 22 personas.
Ante la situación en el Catatumbo el papa Francisco desde el Vaticano se pronunció afirmando que sirve de cerca el conflicto y la emergencia humanitaria y en Bogotá se llevó a cabo este domingo 26 de enero una marcha multitudinaria en rechazo a la violencia generada en está región. Aún no hay indicadores para determinar qué tan efectiva puede ser esta propuesta del gobierno para todo aquel joven combatiente que decida cambiar su vida.
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