Por: Germán Valencia
Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia
El pasado 15 de noviembre, Iván Velásquez Gómez –ministro de Defensa Nacional– visitó la Universidad de Antioquia. Fue invitado por la rectoría a inaugurar el ciclo de conversaciones Diálogos de país: Tiempo para pensar y actuar, con las que el Alma Mater está celebrando sus 220 años de existencia.
La presencia del ministro en esta universidad fue histórica. Fue la primera vez que un ministro de Defensa visita el multicampus universitario; además lo hizo en el emblemático Teatro Universitario Camilo Torres; y su participación se dio en medio de un ambiente de respeto y cordialidad, al punto que no interrumpió su discurso ni un petardo ni una voz disonante.
Desde las 9 de la mañana y hasta las 12 del mediodía estuvo dialogando sobre varios temas de la coyuntura nacional. Con su compañero de mesa, el doctor en Educación y profesor Abadio Green Stocel –quien es asesor para Asuntos Étnicos del Ministerio de Educación– estuvo hablando de seguridad, de asesinato de líderes y de cambio de mentalidades.
Entre los factores que hicieron posible esta histórica situación están: primero, la condición de invitado honorario que realizó el ministro Velázquez a la universidad. Se le pidió que como egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia nos contara, de primera mano, su papel como actor clave en el actual gobierno.
La Universidad busca en este cumpleaños resaltar el compromiso que siempre ha mantenido con el desarrollo de la sociedad. Pues, además de formar profesionales con un saber técnico y profundo de la realidad, también le entrega al país líderes hacedores de políticas que, desde los lugares que ocupan en los cargos públicos, atienden los problemas y ayudan en su superación.
Segundo, la comunidad universitaria quería hacerle un reconocimiento al ministro por su compromiso con la justicia y la defensa de los derechos humanos. Este abogado de la Universidad de Antioquia ha sido coherente durante toda su carrera como jurista: estuvo al frente, como magistrado auxiliar de la Corte Suprema de Justicia, en el caso de la Parapolítica, y fue jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
De allí que cuando se le preguntó a su compañero de mesa, al profesor Abadio Green, por el asesinato de líderes indígenas y su efecto nefasto en conservar el pensamiento ancestral de los pueblos indígenas, el ministro no dudó en intervenir y resaltar la necesidad de hacer un trabajo cooperado multisectorial, donde incidan todos los ministerios y agencias del Estado, pues la defensa de la vida debe ser un compromiso de todos.
Y tercero, uno de los factores que más pesó para el buen comportamiento de los estudiantes y líderes con la visita de Velázquez al ágora universitaria, se halla en la postura que tiene este frente a la protesta de las universidades públicas. Como era de esperarse, uno de los temas sobre el que se le indagó fue sobre el manejo que le daría a la seguridad y el orden público durante este Gobierno.
Se le recordó que las universidades públicas son en esencia espacios de discusión y debate, donde la protesta puede aparecer en cualquier momento. Los manifestantes recurren, en muchas ocasiones, a realizar expresiones violentas que se transforman en disturbios y que afectan el orden público y la seguridad ciudadana. Lo cual ha llevado a que las autoridades municipales y departamentales, en muchas ocasiones, usen la fuerza para controlar las protestas.
La preocupación de los asistentes se centró en el cambio de gobierno departamental y municipal. En Antioquia los dos mandatarios elegidos y que inician en enero tienen como rasgo distintivo el sesgo por el uso de la fuerza pública para mantener el orden y la seguridad. Lo cual pone en situación de alarma a todas las personas que concurren diariamente a estos espacios universitarios.
Si algo hay que resaltar en la Universidad de Antioquia en el periodo de post pandemia es el cambio en la cultura política de la protesta. La no presencia de la fuerza pública en las manifestaciones estudiantiles ha generado una reducción al límite de los disturbios, de las personas agredidas y de los cierres del campus. Esto evidencia un cambio de política y que debe mantenerse.
Por eso, cuando se le preguntó al ministro por el tema, su respuesta fue clara: “la fuerza pública nunca debe entrar a las universidades”. Además, se le ha dicho en conversaciones con los mandatarios locales y regionales que no debe existir un giro en la manera como el Estado viene manejando el orden público en el componente de las protestas estudiantiles.
Un ejemplo del giro de este gobierno en el respeto a la protesta se encuentra en la transformación institucional que tuvo el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) que hoy mutó en Unidad Nacional de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO). Y que tiene como principio regulador del desorden el diálogo y la intervención de la fuerza como último recurso (Ver: Un ejército para la paz).
En conclusión, el encuentro con el ministro de Defensa sirvió como espacio para ratificar la nueva postura que está asumiendo la fuerza pública frente a la protesta estudiantil. Para contarnos que se está avanzando en el Estado en cambiar la mentalidad de los soldados y policías. Camino que a pesar de los cambios en los gobiernos locales y departamentales, debe continuar.
También sirvió el evento Diálogos de país para mostrar el aporte que la universidad realiza al país. No solo con los valiosos conocimientos que genera, sino también formando profesionales que desde sus lugares ayuden a dirigir la sociedad. Egresados y egresadas comprometidas con aportar con sus conocimientos científicos a diagnosticar las realidades y, en especial, cambiar estas situaciones. Cumpliendo a cabalidad el lema del encuentro: Tiempo para pensar y actuar.
*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.
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