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Venezuela es socio para una Colombia en paz

Por: Línea Migración, Región y Frontera


Esta semana el presidente Petro reafirmó la importancia de seguir contando con el Gobierno Venezolano para el importante reto de lograr una Colombia en paz: sin Venezuela y su valioso aporte no es posible lograr un acuerdo con el ELN.


La participación de los gobiernos venezolanos en este largo esfuerzo de paz es de vieja data: en 1990 el presidente Carlos Andrés Pérez apoyó el paso del M-19 a la competencia política sin armas y como gesto de buena voluntad para animar esa importante decisión de cerrar la rebelión armada les dio unos cuantos miles de bolívares que el M-19 en los primeros días de marzo, luego de firmado el acuerdo con el expresidente Barco, gastó en unos avisos en los principales diarios del país para anunciar su irrestricta voluntad y compromiso de seguir luchando sin armas, por paz, derechos y democracia de calidad, y a fe que han cumplido, hoy uno de los suyos, es presidente de Colombia.


En abril de 1991, cuando sesionaba la Asamblea Nacional Constituyente, una delegación de las FARC y el ELN, de civil y sin armas, ingresó a la Embajada de Venezuela en Bogotá. Les acompañaba el Senador de la Unión Patriótica Hernán Motta y el hoy Canciller Álvaro Leyva Durán. Ese hecho desencadenó una mesa de diálogo entre el gobierno Gaviria y las FARC, el ELN y una pequeña fracción del EPL, que se apartó del acuerdo firmado en febrero de ese año. Esa mesa se instaló y funcionó en Caracas, hasta que por el levantamiento popular de febrero del 92, conocido como "El Caracazo", se aconsejó su traslado a Tlaxcala, México.


Venezuela igualmente ha sufrido nuestro conflicto armado y no son pocas las acciones militares y de acción de las guerrillas colombianas en su territorio y, al igual que Colombia, el Estado venezolano ha perdido el control sobre partes de su territorio, donde han echado raíces las guerrillas colombianas y hoy se mantiene de manera autónoma el ELN, en un entramado de control de recursos y capacidad de subordinar a unos corruptos funcionarios o de imponerse sutil y efectivamente.


A diferencia de quienes piensan que el presidente Hugo Chávez fue patrocinador de atizar el conflicto armado colombiano siendo complaciente con las guerrillas en su territorio, la evidencia muestra que reconociendo que las guerrillas colombianas llevaban por lo menos dos décadas ya instaladas para ese año 99, cuando inicia el primer gobierno del presidente Chávez, la apuesta fue trabajar por acuerdos de paz y no por animar un alzamiento armado sin ninguna perspectiva de triunfo. La evidencia mayor está en la negativa de suministrarle a las FARC misiles tierra-aire, como fue su solicitud. Otra hubiera sido la historia de este conflicto.


Ahora Venezuela y Colombia tienen diálogo diplomático y es buena noticia que el presidente Petro establezca con el presidente Maduro un canal estable de comunicación, para que Venezuela siga siendo protagonista de primer orden en el reto de una Colombia en paz.


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