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Verdad y reconocimiento para una Colombia en paz

Por: Luis Eduardo Celis


La Comisión de la Verdad adelantó un importante trabajo de valoración de nuestra violencia de más de seis décadas. Es una comprensión de un proceso social e histórico que la sociedad colombiana está por apropiarse y desde ahí enriquecer la acción por un orden de democracia de mayor calidad, que supere las exclusiones y las barbaries que siguen presentes hasta el día de hoy.


La sociedad colombiana se mueve entre permanecer en las viejas violencias que se reciclan y mantienen las viejas raíces que las soportan o superarlas. Exclusiones a los derechos, acumulación de poder vía desplazar y atemorizar, uso de la fuerza para controlar territorios y poblaciones, ausencia de estado social y de derecho en muchos territorios y comunidades, esas son las tareas que siguen pendientes.


La Comisión de la Verdad presentó un relato de lo vivido, unas explicaciones de estos procesos y unas propuestas para salir de estos órdenes autoritarios y criminales. Son enormes desafíos que deben ser liderados por este gobierno en su mandato de tres años y tres meses que le quedan y que debemos trabajar para que tenga continuidad en el próximo gobierno que igualmente debe ser de compromiso con una Colombia en paz.


En estas últimas semanas se ha vuelto a conversar sobre el informe de la Comisión de la Verdad y sus recomendaciones. El Gobierno propuso un artículo para implementar las recomendaciones y desafortunadamente no fue aprobado, lo cual muestra que estamos ante un tema sensible y que, por decirlo suavemente, tiene valoraciones múltiples desde las fuerzas de paz y de cambio, y abiertos contradictores de las fuerzas sociales y políticas que se sienten cómodas y han acumulado enorme poder en estas largas violencias por superar.


Colombia, desde la fuerza de cambio, y en su importante diversidad ahora cuenta con el informe de la Comisión de la Verdad, un referente cultural, de acción social y política. Y así no hayan quedado sus recomendaciones en el Plan Nacional de Desarrollo aprobado, debemos seguir persistiendo en que el relato, las valoraciones y las recomendaciones sean referente de acción.


Ahora que se habla de "defenestrar" al gobierno del presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, sólo hay que ir al informe de la Comisión de la Verdad para ver cómo en esta Colombia sigue viva la doctrina de la seguridad nacional y su criatura del enemigo interno, una de las tantas tareas para superar en este excluyente régimen político que asesina, persigue y en donde hay fuerzas políticas que se creen con el derecho de actuar por fuera de la Constitución Nacional de manera impune. Esperemos que la Fiscalía General de la Nación haga su tarea con quienes de manera alevosa actúan por fuera de la ley y nuestro ordenamiento constitucional.


Tenemos un informe de la Comisión de la Verdad el cual debe ser apropiado en las escuelas y universidades colombianas, debe entrar a la televisión, debe ser referente en diversidad de espacios. Ese fue el compromiso del presidente Gustavo Petro cuando lo recibió como presidente electo en junio pasado y a fe que lo va a cumplir.


 

*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de la Fundación Paz & Reconciliación al respecto.

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