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Volver al cauce diplomático con Venezuela

Por: Línea de Frontera, Migración y Conflictos.


La administración del presidente Biden relaja las posturas inflexibles hacia la administración del presidente Maduro y lanza señales firmes de que ahora optará por una relación de cooperación con Caracas, siempre teniendo presente y como prioridad los intereses de los Estados Unidos. Ahora, estos intereses se mueven entre bloquear una mayor presencia rusa en Venezuela y tener acceso al petróleo venezolano, todo movido por la guerra entre Rusia y Ucrania.

La noticia de que la petrolera Chevron pueda reactivar su relación con la petrolera PDVSA, representa un nuevo paso desde Washington para recomponer la maltrecha relación con el gobierno Venezolano y es la antesala de nuevos pasos que veremos en las próximas semanas y meses, en un pragmatismo usual para quienes saben moverse de un lado para otro sin mayores complicaciones. Maduro sigue ejerciendo el gobierno, no se dejó desalojar y ahora es el interlocutor necesario para un mundo que se ha convulsionado desde Europa, impactando en nuestra vida doméstica por la subida de los precios de los alimentos que se producen con insumos provenientes de Ucrania.

De manera delirante, el presidente Duque lee los nuevos pasos dados en Washington por la administración Biden en relación a Venezuela, como un triunfo de la fallida y nefasta política del "cerco diplomático". Nada más alejado de la realidad, pues es todo lo contrario; el acercamiento de Washington a Caracas de los últimos meses es una nueva palada a esa insepulta política.

En el debate presidencial colombiano, sin excepción y con algunos matices, los contendientes han afirmado que, con relación a Venezuela, tomarían un rumbo de relaciones diplomáticas, el único camino viable para pensar los enormes desafíos que tenemos las dos naciones.

El próximo presidente de Colombia debe restablecer la relación diplomática con Venezuela y acordar una hoja de ruta para enfrentar los temas de seguridad en la frontera, hoy en manos de ilegales de lado y lado. También deberá concertar un involucramiento positivo del gobierno Maduro en el necesario proceso de paz pendiente con el ELN, involucramiento que ya viene desde los años 90, cuando se dio la mesa de diálogos en Caracas en 1991 y que se ha mantenido con varios gobiernos colombianos.

Igualmente, hay mucho por hacer para recuperar una fluida relación económica con Venezuela. El vecino país fue nuestro segundo socio comercial por más de tres décadas y hoy no está ni en los primeros diez lugares, debido a las fracturas en la relación binacional y a la aguda crisis que ha vivido Venezuela en los últimos años, de la cual poco a poco viene mostrando signos de recuperación y en la cual hay múltiples oportunidades para los empresarios colombianos en varios renglones.

Quien gane las elecciones debe liderar la construcción de una relación diplomática con Venezuela, pensando en nuestros intereses económicos, de paz, control democrático de la frontera y una relación constructiva frente a una nación con la cual nos une una vecindad y una hermandad.

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