Precandidaturas en disputa: la batalla es por el alma del Pacto Histórico

El pasado sábado 19 de julio, en el Salón Rojo del Hotel Tequendama se realizó la Convención del Pacto Histórico para definir las reglas de juego para las consultas internas de ese partido, que se realizarán el próximo 26 de octubre de 2025. En ellas se elegirá tanto al candidato presidencial que participará en la Consulta del Frente Amplio en marzo de 2026, como a las listas al Senado y la Cámara.

El evento, que reunió a 6 precandidatos que se lanzarán por el nuevo partido (Gustavo Bolívar; María José Pizarro; Susana Muhamad; Gloria Flórez; Daniel Quintero; Carolina Corcho), junto con otros 3 que potencialmente lo harán en marzo (Camilo Romero; Roy Barreras; Alí Bantú Ashanti), reveló finalmente la estrategia que el Pacto Histórico seguirá en estos próximos 2 meses y medio. Aun así, el camino no parece sencillo. La inscripción de estas precandidaturas ante la registraduría para esta consulta es en dos meses, por lo que está servido en el orden del día potenciales alianzas entre los bloques que componen al partido que terminen reduciendo la competencia.
 
Del mismo modo, entre las definiciones a las que llegó el Pacto Histórico se acordó que los perdedores de la contienda debían integrarse eventualmente en la campaña del candidato ganador y asumir compromisos con esa campaña, so pena de sanciones disciplinarias por parte del partido. Aun así, sin claridades sobre cómo se define ese compromiso, las tensiones entre los precandidatos tiene encendida la precampaña, y amenaza, si no es contenida, con consumir la frágil unidad que ha construido el bloque en estos últimos dos años.
 

—La agria disputa entre los precandidatos en el Pacto Histórico

Fuente: CW+
Fuente: CW+
 
 
El ambiente y los llamados a la unidad del bloque progresista, que había primado en un principio en la convención del Pacto Histórico, se decantó en poco tiempo. A las horas de haber finalizado, Gustavo Bolívar publicó una lista de precandidatos por esa colectividad en la que omitió el nombre de María José Pizarro. La precandidata salió al paso, indicándole a Bolívar que esperaba que esa omisión no fuera un signo de cómo se va a manejar la campaña hacia octubre de este año, donde todos se medirán en una consulta interna para definir al candidato del partido de gobierno.
 

Bolívar corrigió luego la lista, pero Pizarro aprovechó para lanzar un dardo en 6AM de Caracol Radio, en la que insinuó que aquella omisión podría responder a un intento por sacarla de la contienda, a lo que respondió a Bolívar “No sé cuáles hayan sido las razones para omitir mi nombre, por supuesto no deja de ser extraño, deja un mal sabor de boca. Siembra la idea de que se quiere excluir a alguien por la puerta de atrás, pero quien definitivamente tiene que responder por esa omisión es el senador Bolívar”.

Después, Bolívar apareció en una rueda de prensa propia, en el momento en el que lanzó su precandidatura, en el Colegio Americano de Bogotá. Con la bandera de su campaña de fondo, hizo un llamado a los comités de ética del Pacto Histórico para evaluar si candidatos con presuntas acusaciones de corrupción podían participar, haciendo honor a uno de los acuerdos establecidos entre las colectividades que conforman al nuevo partido de evaluar a los precandidatos en sus trayectorias políticas y morales para determinar su idoneidad. El golpe estaba claramente dirigido hacia Daniel Quintero, quien está siendo investigado por presuntos casos de corrupción durante su gestión como alcalde de Medellín, entre 2020 y 2023.

 

Hasta el momento en el que esta nota fue escrita, no ha habido una respuesta por parte de Quintero a la petición de Bolívar, pero es bien sabido que entre ambos precandidatos hay una fuerte inquina y competencia. Bolívar ha señalado a Quintero de ser un “oportunista” que ha generado gran parte de la división en el seno del progresismo, mientras que Quintero acusa a Bolívar de toxicidad al interior de su gestión como director del Departamento de Prosperidad Social (DPS) y de no ser leal al gobierno, al imponer su agenda política personal por encima de su compromiso político al interior del gobierno.

La llegada de Quintero a la campaña del Pacto Histórico tampoco ha calado bien entre algunas de las bases, quienes consideran que Quintero está construyendo un programa populista sin sustento y percibido como radical, con sus propuestas de cerrar el Congreso, de eliminar las notarías, los peajes y las Cámaras de Comercio.


También las bases (en especial el grupo de los influenciadores cercanos al gobierno) han tenido fuertes disputas a causa de la rivalidad Quintero – Bolívar. Hace varios días, Bolívar acusó a varios de estos grupos digitales de generar una campaña oscura en su contra para afectar su candidatura y de ser financiados para tal fin. Estos grupos salieron luego a negar las acusaciones, respaldados, entre otras cosas, por Daniel Quintero.

 
 
 

Pero más allá de los cruces entre precandidatos, la verdadera incógnita es: ¿qué quiere el presidente Petro de todo este proceso?

 

—Lo que quiere el presidente Petro

 
Fuente: Revista Nueva Sociedad (Nuso)
Fuente: Revista Nueva Sociedad (Nuso)
 

De una cosa es posible tener seguridad, y es que el presidente Gustavo Petro no está conforme con ninguna de las candidaturas que puntean ahora mismo en las encuestas que pueden salir del Pacto Histórico. Según una fuente dentro de una de las precampañas de ese partido, quien habló con la Línea de Democracia y Gobernabilidad y pidió ser citada de manera anónima para hablar con libertad, el presidente podría contemplar un distanciamiento con el Pacto Histórico si candidatos como Bolívar, Corcho o Pizarro llegasen a ganar en octubre. 

Del mismo modo, esta fuente indicó que la orden desde presidencia es que haya un candidato que logre manejar y administrar el proceso del Pacto Histórico hasta la Consulta Interpartidista, en marzo de 2026, en la que espera que la construcción de un Frente Amplio con los sectores de centroizquierda del Partido Alianza Verde y con los bloques del Santismo cercanos al gobierno termine por reconfigurar de manera más favorable las correlaciones de fuerza al interior del bloque progresista.

En cierto modo, esta tesis sería coherente con lo que hemos observado en semanas anteriores, en la que el presidente rompió públicamente con Bolívar, luego de que este siguiera asistiendo a los viajes territoriales del gobierno tras haber renunciado a su cargo en el DPS para no quedar inhabilitado como candidato, hecho que sucedió en Tibú (Norte de Santander) el pasado viernes 9 de mayo.

En esa ocasión, Petro interrumpió el evento con comunidades campesinas del Catatumbo, y señaló “Rompo el orden del día porque no me parece que sea así. Gustavo Bolívar, y otros compañeros. Primero porque los que ya renunciaron, renunciaron, no se puede confundir eso, Angie (Rodríguez, directora del DAPRE). Persona que renuncia porque tiene una aspiración ya se va, entra su reemplazo que tiene que venir a hablar. Es un problema de respeto con el gobierno y con la gente”.

Bolívar ahondó en esa ruptura posteriormente en una ronda de medios que realizó la semana siguiente. Allí, según El Espectador, Bolívar indicó que la ruptura se venía dando desde que Bolívar manifestó su interés por presentarse a la presidencia desde inicios de 2025. También señaló que le manifestó varias veces al presidente su viabilidad como candidato tras los diferentes resultados de las encuestas, que lo ponen como la principal opción de la izquierda. Según Bolívar, la derrota de su campaña a la Alcaldía de Bogotá en 2023 sería determinante para que el presidente no lo tenga en cuenta.

Esta ruptura también se manifiesta en las bases. Según una fuente que estuvo dentro de la pasada Convención del Pacto Histórico y quien pidió hablar anónimamente para evitar tensiones dentro de su propio movimiento, la mayoría de las bases sociales y políticas del partido estarían inclinadas a apoyar a cualquier precandidato, exceptuando a Daniel Quintero y a Roy Barreras, quien intervino en la Convención.

El problema está en que el gobierno estaría totalmente inclinado a apoyar estas candidaturas por encima de la de funcionarios que salieron del gobierno (Bolívar, Muhamad) o candidaturas que no se ven viables en las encuestas (Pizarro). De hecho, el ingreso de Gloria Flórez como precandidata por parte de la Colombia Humana también fue impulsado por el propio presidente, quien busca armar un bloque unitario capaz de superar en las encuestas a Bolívar y a Corcho, quienes son los que tienen más apoyo desde las bases, según lo enunció esta fuente.

La competencia interna se perfila reñida. Bolívar y Corcho han trabajado en sus precandidaturas desde el año pasado, y el paso de Bolívar por el DPS le ha permitido tejer una amplia red de trabajo con movimientos sociales y organizaciones que ahora mismo le están caminando. Además, se ha señalado su potencial alianza en caso de que alguno de los dos quede ganador en octubre.

Muhamad, quien representa a los sectores intelectuales y a la tecnocracia progresista, y Gloria Flórez, quien es presidenta de la Colombia Humana y una de las cabezas del Pacto Histórico en el Congreso, ya han tenido diálogos y acercamientos para consolidar una alianza, y se proyectan como un contrapeso silencioso, según la misma fuente de una de las precampañas dentro del Pacto.

 

—La unidad sigue existiendo, pero es frágil

Fuente: El País, España
Fuente: El País, España
 

Aunque para algunos analistas y sectores de las bases políticas del Pacto Histórico las disputas internas hay que observarlas como motores internos de democracia que le dan vida a un proyecto que se construye desde la diferencia, el camino que están tomando las rivalidades entre los precandidatos sí amenaza en cierta medida la unidad del partido, que no ha terminado de nacer, debido a que el Consejo Nacional Electoral (CNE) aún no ha fallado sobre la posibilidad de fusión de sus partidos originarios, así como tampoco ha aprobado la escisión del movimiento Progresistas del partido MAIS, de donde sale María José Pizarro.

Eso, a pesar de que, en la Convención del pasado sábado, la mayoría de las precandidaturas hicieron un llamado urgente a la unidad del bloque progresista como condición sine qua non para un potencial triunfo electoral de cara a 2026 y para mantener el programa de transformaciones que inició con este gobierno.

Uno de los pilares que sostiene la unidad ahora mismo es el discurso de logros que ha tenido el gobierno en los últimos 3 años, que se ha convertido en el andamiaje narrativo en el que todos los precandidatos se han sumado para lanzar sus campañas. En cierto sentido, todos estarían construyendo también el relato con el que el gobierno va a vender su legado apenas termine su mandato el próximo 7 de agosto de 2026.

El otro es la apelación a la democracia directa como mecanismo para la elección del candidato presidencial y del orden de las listas a Senado y Cámara a nivel territorial, que se hará ese mismo día de octubre, en la que esperan obtener, según las declaraciones de Susana Muhamad en la Convención, más de un millón de votos. De hecho, a la consulta interna el Pacto Histórico la ha llamado “consulta popular”, en el ánimo de convertir este mecanismo de participación ciudadana como una de sus banderas en esta recta final del Congreso.

Aun así, esta unidad es frágil, y la competencia por la candidatura presidencial también viene acompañada con la disputa por las listas al Congreso, en la que los precandidatos ya han organizado las suyas propias. Tal es el caso de Dagoberto Quiroga, exsuperintendente de Servicios Públicos, quien ya cantó su apoyo a Gustavo Bolívar. Se espera que, con el paso de las semanas, las diferentes listas y sus candidatos/as también canten su voto y permitan entrever la correlación de fuerzas dentro del Pacto Histórico con mayor detalle.

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Óscar A. Chala

Politólogo de la Universidad Nacional de Colombia, con interés en el análisis de coyuntura, la teoría política aplicada y la construcción de marcos de interpretación alternativos desde la ciencia política para las ciudadanías y los movimientos sociales