
Durante siete años Álvaro Uribe ha enfrentado un juicio que ha sido pobremente cubierto. La indiferencia de los medios no merma la importancia histórica que ha tenido este juicio: es la primera vez que un expresidente colombiano es sometido a un juicio.
El pasado lunes, 7 de julio, el líder del Centro Democrático compareció por última vez ante la juez Sandra Liliana Heredia, y pidió ser absuelto, ya que no reconoce culpa alguna. Por el contrario, sostiene que es víctima de un complot perpetrado por el exparamilitar Juan Guillermo Monsalve. Tampoco se quedó callado con respecto a la responsabilidad que podría tener Iván Cepeda de afectar su reputación para beneficio propio.
Hay que recordar que, siendo senador, en el año 2014, después de que Iván Cepeda lo acusara en el congreso de ser creador del Bloque Metro, usando los testimonios de Pablo Hernán Sierra, alias Pipintá y de Juan Guillermo Monsalve, Uribe demandó ante la Corte Suprema a Cepeda por manipulación de testigos. Como un boomerang, la acusación se le devolvió. En 2018, la Corte señaló a Uribe como el hombre que, a través de su abogado Diego Cadena, sería quien intentó manipular a los testigos para que cambiaran su versión. Desde entonces, el expresidente incluso ha sido detenido por este presunto delito.
Este 7 de julio se presentó ante la juez Sandra Liliana Heredia y le pidió que lo “absolviera”, ya que todo se trató de una trampa para vincularlo a él y a su hermano Santiago en la creación de un grupo paramilitar. En su declaración, Uribe dijo frases como esta “¿Cómo engañó, engatusó al doctor Cadena, que iba a decir la verdad? ¿Con qué terminaron? Diciéndole: ‘La carta está lista, vamos a decir la verdad’. Y diciendo la señora (Deyanira Gómez): ‘Pero me tiene que garantizar que mi marido va a salir libre’. ¡Por Dios! ¿Cómo pide esa señora, que es una profesional, que un marido condenado por secuestro y esos delitos, alguien le pudiera garantizar que iba a salir libre? Eso muestra el ánimo de la trampa”.
Iván Cepeda, quien en los últimos días ha sentido el calor de la gente a través de redes sociales, en una campaña de apoyo absoluto a su versión y su lucha por la verdad, volvió a ser objeto de sus señalamientos: “Basta mirar la fecha del inhibitorio al senador Cepeda y de las compulsas a mi persona, ese 16 de febrero de 2018, pocos días antes de la elección al Congreso. Esto demuestra que no es correcto lo que me asigna la señora fiscal. Al contrario, el senador Cepeda hizo sus campañas a Cámara y Senado afectando mi reputación. Me vinculó con el narcotráfico, con Pablo Escobar (…) La campaña del Senado del senador Cepeda fue una campaña de descrédito a mi persona y de anuncio de un debate”.